En Agosto de 1973 una declaración de intenciones decía »España está comprometida con la autodeterminación del Sáhara». Por entonces, el ya agotado régimen franquista le sobraba la colonia. El Frente Polisario había iniciado su guerra de guerrillas y la administración franquista intentaba cargar con su responsabilidad a la ONU para abandonar lo que se había convertido en un problema y para que su imagen no quedara demasiado dañada.
En el año 1974, al auspicio de las Naciones Unidas, España decide celebrar un referéndum en el Sáhara Occidental para la autodeterminación del pueblo saharaui, entonces Marruecos, temeroso del resultado del referéndum, solicita el amparo de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que no se celebre. Tratando de equiparar el caso con la descolonización de Sidi Ifni y su devolución a Marruecos.
Naciones Unidas, ante esta hipotética situación, consulta a la Corte Internacional de Justicia las siguientes cuestiones:
»¿Era el Sáhara Occidental en el momento de su colonización por España un territorio sin dueño (terra nullius)?»
»¿Qué vinculos jurídicos existían entre el Sáhara Occidental y el Reino de Marruecos y el complejo mauritano?»
El 16 de octubre de 1975 la Corte Internacional de Justicia resolvió (texto íntegro, caso 61, pag. 146), el resultado fue:
Por 13 votos contra 3 se determinó que en el momento de su colonización por España no era un territorio sin dueño.
Por 14 votos contra 2 se determinó que existían ciertos vínculos de subordinación y de derechos sobre tierras entre algunas tribus que habitaban en el Sáhara Occidental y el Sultán de Marruecos, pero NO existían vinculos de soberanía entre el el territorio del Sáhara Occidental y el Reino de Marruecos o el complejo mauritano.
La conclusión es que se debía celebrar el referéndum de autodeterminación.
El documento de la resolución de la Corte Internacional de Justicia podéis verlo pinchando AQUÍ.
El Rey de Marruecos, Hassan II, lo interpreta de otra forma. Reconociendo que “existían ciertos vínculos de subordinación y de derechos sobre tierras entre algunas tribus y el Sultán de Marruecos” pero se olvida de “NO existían vínculos de soberanía entre el el territorio del Sáhara Occidental y el Reino de Marruecos o el complejo mauritano” y de “en el momento de su colonización por España no era un territorio sin dueño” (los dueños eran los propios saharauis). Así, saltándose todas las proposiciones de la ONU, organiza un movimiento masivo de ciudadanos marroquíes forzados para invadir el Sáhara Occidental, conocido como »Marcha Verde».
1º. El 21 de agosto de 1975, el Departamento de Estado norteamericano da luz verde a un proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para arrebatar la antigua provincia del Sahara (270.000 Kms cuadrados) a España. Un territorio vital desde el punto geoestratégico, rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, que EE.UU no está dispuesto a dejar en manos de España dada la situación en que se encuentra el régimen de Franco. El plan consiste en invadir la zona mediante una marcha de unos 300.000 ciudadanos marroquíes (Marcha Verde), que se harían pasar por antiguos habitantes de la zona.
2º. El 6 de octubre de 1975, los servicios de Inteligencia del Ejército español informan a Franco, ya muy enfermo, de los planes de EE.UU en relación con el Sáhara Occidental y le piden que actúe en consecuencia.
3º. El 16 de octubre de 1975, la Marcha Verde es anunciada por Hasan II, al mismo tiempo que el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU rechaza las pretensiones de Maruecos sobre ese territorio. Hassan II declara sin vergüenza ninguna:
»Tenemos que iniciar una marcha verde desde el Norte de Marruecos hacia el Sur y del Este al Oeste. Tenemos, querido pueblo, que levantarnos como un solo hombre, con orden y organización para dirigirnos al Sahara y encontrarnos con nuestros hermanos allí.»
4º. El 21 de octubre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón, heredero del dictador, se niega a aceptar la jefatura del Estado con carácter interino. Quiere plenos poderes para poder actuar en el Sáhara Occidental.
5º. El 22 de octubre de 1975, el presidente del Gobierno español, Arias Navarro, con conocimiento de Franco, manda al ministro José Solís a Rabat para tratar de parar el órdago marroquí prometiendo negociaciones sobre el tema en cuanto la situación del dictador mejore.
6º. El 26 de octubre de 1975, da comienzo la Marcha Verde en territorio marroquí. Toda la planificación operativa y la organización logística del plan ha corrido a cargo de técnicos norteamericanos.
7º. El 31 de octubre de 1975, Juan Carlos de Borbón se hace cargo de la jefatura del Estado español. Mostrándose muy preocupado por la situación en el Sahara, pues tiene muy presente el caso portugués.
No quiere que la situación le desborde. Finalmente el monarca español asumió oficialmente la jefatura de Estado el 31 de Octubre después de negarse a hacerlo una semana antes. Ese mismo día convocó un Consejo de Ministros y se puso manos a la obra. Sus contactos con su homólogo
marroquí fueron constantes. Hasta entonces, según transmitió Stabler, «el Gobierno seguía vacilante» ante la falta de liderazgo y, sobre todo, el aumento de las presiones marroquíes. Rabat envió el primer grupo de «marchadores verdes» al Sáhara el 30 de octubre, y no el 6 de noviembre, fecha oficial del inicio de la Marcha Verde, para bloquear una posible intervención de Argelia contra la invasión.
8º. El 31 de octubre de 1975, el príncipe preside un Consejo de Ministros en La Zarzuela. Cuestión prioritaria: el Sahara. Juan Carlos manifiesta su férrea determinación de ponerse al frente de la situación. Sin embargo, no les dice a los reunidos que él ya ha enviado a su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a Washington, para solicitar la ayuda de Henry Kissinger. Es consciente de que una guerra colonial con Marruecos en aquellos momentos podría precipitar los acontecimientos al estilo de lo acaecido en Portugal y que podría perder su corona antes de ceñirla.
El Secretario de Estado norteamericano acepta la mediación solicitada por el nuevo jefe del Estado español, intercede ante Hassan II y en las siguientes horas se firma un pacto secreto por el que Juan Carlos se compromete a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total apoyo político americano en su próxima andadura como rey de España.
9º. El 2 de noviembre de 1975, Juan Carlos de Borbón visita las tropas españolas en El Aaiun en un viaje sorpresa. Está en tratos secretos con los americanos para la entrega del territorio, pero no tiene ningún reparo en aparentar con los militares (a los que traicionará en las siguientes horas igual que al pueblo español, a los saharauis y a la propia ONU) En este centro, en el curso de una bien regada amistad con los militares, hasta se permite decirles a los oficiales de las tropas allí destacadas: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres” y también, dice “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo”.
10º. El 6 de noviembre de 1975, la Marcha Verde invade la antigua provincia africana española. En virtud del pacto secreto (alta traición) entre Kissinger, Hassan II y el traidor nuevo jefe del Estado español. Los campos de minas de la frontera han sido levantados y los legionarios españoles prudentemente retirados. España hasta se permite la desvergüenza de enviar al ministro de la Presidencia para que gire una visita de cortesía a los campamentos marroquíes de la Marcha Verde. La ONU, incómoda y sin saber qué sucede, urge a Hassan II a retirarse y a respetar la legalidad internacional. Mientras España mira hacia otro lado porque bastante tiene el principe con asegurar su corona y el monarca alauí no hace el menor caso.
11º. El 9 de noviembre de 1975, Hassan II da por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara y en espera de las conversaciones de Madrid, retira los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya. Argelia protesta y retira su embajador en Rabat. Los saharauis, traicionados por España, se aferran a la lucha armada.
12º. El 12 de noviembre de 1975, comienza la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania, dirigida y controlada por EE.UU en la sombra.
13º. El 14 de noviembre de 1975 se produce la famosa Declaración de Madrid sobre el Sahara. Por ella se entrega a Marruecos toda la parte norte de la antigua provincia española: 200.000 Kms cuadrados de gran importancia geoestratégica, muy ricos en toda clase de minerales, gas y petróleo (descubierto por petrolíferas norteamericanas y en reserva estratégica). A Mauritania (que los abandonará enseguida en beneficio de su poderoso vecino del norte) se le transfieren 70.000 Kms cuadrados del sur, los más pobres e improductivos. Las Cortes y el pueblo español no saben nada del asunto. Todo se ha tejido entre bastidores, con la CIA, el departamento de Estado norteamericano y los servicios secretos marroquíes como maestros de una ceremonia bochornosa en la que el príncipe Juan Carlos ha movido sus hilos a través de sus hombres de confianza: Armada, Mondéjar y Torcuato Fernández Miranda. Mientras el Gobierno del anonadado Arias Navarro, con Franco moribundo y su porvenir político acechando, se limitó a ejercer de convidado en la mayor vergüenza política y militar de España en toda su historia. Porque, efectivamente, este país nunca jamás había traicionado de una forma tann perversa a sus propios ciudadanos (los saharauis lo eran en 1975), se había humillado de tal manera ante un pueblo más débil que él pactando en secreto su rendición, y abandonado cobardemente el campo de batalla sin pegar un solo tiro y después entregando a su enemigo acuartelamientos y armas.
LOS ACUERDOS TRIPARTITOS DE MADRID.
En Madrid, a 14 de noviembre de 1975 y reunidas las delegaciones que legítimamente representan a los Gobiernos de España, Marruecos y Mauritania, se manifiestan de acuerdo en orden a los siguientes principios:
1º) España ratifica su resolución -reiteradamente manifestada ante la ONU- de descolonizar el territorio del Sahara occidental poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como Potencia Administradora.
2º) De conformidad con la anterior determinación y de acuerdo con las negociaciones propugnadas por las Naciones Unidas con las partes afectadas, España procederá de inmediato a instituir una Administración temporal en el territorio en la que participarán Marruecos y Mauritania en colaboración con la Yemaá y a la cual serán transmitidas las responsabilidades y poderes a que se refiere el párrafo anterior. En su consecuencia, se acuerda designar a dos
Gobernadores Adjuntos, a propuesta de Marruecos y Mauritania, a fin de que auxilien en sus funciones al Gobernador General del territorio. La terminación de la presencia española en el territorio se llevará a efecto definitivamente, antes del 28 de febrero de 1976.
3º) Será respetada la opinión de la población saharaui, expresada a través de la Yemaá.
4º) Los tres países informarán al Secretario General de las Naciones Unidas de lo establecido en el presente documento como resultado de las negociaciones celebradas de conformidad con el artculo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
5º) Los tres países intervinientes declaran haber llegado a las anteriores conclusiones con el mejor espíritu de comprensión, hermandad y respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y como la mejor contribución al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
6º) Este documento entrará en vigor el mismo día en que se publique en el Boletn Oficial del Estado la “Ley de Descolonización del Sahara”, que autoriza al Gobierno español para adquirir los compromisos que condicionalmente se contienen en este documento, pincha AQUÍ.
CARLOS ARIAS NAVARRO – AHMED OSMAN – HAMDI MOUKNASS.
El documento de aprobación de los Acuerdos Tripartitos de Madrid se puede ver pinchando AQUÍ.
El 26 de Febrero de 1976 España retira sus tropas y abandona a la población saharaui que pasa a ser de dominio marroquí.
Hoy, se cumplen 45 años de aquel acto de cobardía, de aquel despropósito, de aquel abandono soez por parte de España de todo un pueblo acogido a sus leyes y a su protección internacional, y este país sigue atrapado en su propia vergüenza, en su increíble dejadez, en una política de pánico insuperable ante el sátrapa marroquí que no solo se permite desoír una y otra vez las resoluciones del máximo órgano de jurisdicción universal (la ONU) sino que se atreve a presionar y chantajear permanentemente a los dirigentes españoles en base sin duda al permanente apoyo que recibe del imperialismo estadounidense y a la reconocida debilidad militar española.