El 10 de mayo de 1973 marcó el inicio de una nueva era para el pueblo saharaui con la creación del Frente Polisario, una organización que surgió en respuesta a décadas de dominio colonial. En aquel momento, el objetivo era claro: poner fin a la presencia colonial española en el Sáhara Occidental y avanzar hacia la autodeterminación del territorio.
A más de medio siglo de aquel acto fundacional, la lucha del pueblo saharaui continúa vigente. Aunque España se retiró del territorio en 1975, lo hizo sin garantizar un proceso de descolonización completo, lo que permitió la entrada y ocupación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos. Este hecho truncó las aspiraciones legítimas de independencia de los saharauis.
La ocupación marroquí del Sáhara Occidental ha sido ampliamente denunciada como una violación del derecho internacional. Desde entonces, el pueblo saharaui ha vivido dividido entre los territorios ocupados, los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia) y la diáspora, todos unidos por una misma causa: la libertad de su patria.
A lo largo de estas cinco décadas, el Frente Polisario ha desempeñado un papel central en la resistencia saharaui. Reconocido por las Naciones Unidas como el representante legítimo del pueblo del Sáhara Occidental, ha liderado tanto la lucha armada como los esfuerzos diplomáticos para lograr una solución pacífica y justa.
La comunidad internacional ha emitido múltiples resoluciones en favor del derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro mediante un referéndum de autodeterminación. Sin embargo, los obstáculos políticos, las presiones geoestratégicas y la falta de voluntad por parte de ciertos actores han impedido que este derecho se materialice.
La resiliencia del pueblo saharaui es notable. A pesar de las condiciones adversas, su identidad cultural, sus instituciones y su unidad han perdurado. Los jóvenes saharauis crecen con la memoria viva de la lucha, asumiendo un papel activo en la defensa de su causa a nivel internacional.
En los territorios ocupados, la represión es constante, pero también lo es la resistencia pacífica. Activistas saharauis enfrentan detenciones arbitrarias, tortura y censura, pero siguen alzando la voz por la libertad. Su valentía ha mantenido el conflicto en el radar de organizaciones de derechos humanos.
El Frente Polisario también ha promovido un modelo de organización política y social en los campamentos de refugiados, basado en la equidad, la educación y la participación de la mujer. Este modelo ha sido reconocido como un ejemplo de dignidad en medio del exilio.
Hoy, 52 años después, la causa saharaui sigue viva, sostenida por la justicia de su reclamo y el compromiso inquebrantable de su pueblo. La historia aún no ha cerrado su capítulo sobre el Sáhara Occidental, y el anhelo de libertad sigue siendo una llama encendida.
En este aniversario, el legado del Frente Polisario se reafirma como símbolo de resistencia, dignidad y esperanza. Mientras no se cumpla el derecho a la autodeterminación, la lucha del pueblo saharaui seguirá siendo un recordatorio de las deudas pendientes del proceso de descolonización mundial.