El pueblo saharaui conmemora este miércoles el Día Nacional del Prisionero Civil Saharaui, en un momento en el que las autoridades de ocupación marroquíes continúan, con total impunidad, cometiendo crímenes contra estas personas injustamente encarceladas en las cárceles marroquíes, sometiéndolas a diversos tipos de represalias y a un trato degradante.
El presidente saharaui, secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, promulgó, en mayo de 2019, un decreto que establece el 8 de noviembre «Día Nacional del Preso Civil Saharaui». La conmemoración de este día es, pues, una oportunidad para subrayar una vez más la urgencia de buscar justicia para todos los presos políticos saharauis y de poner fin a la impunidad de la que disfrutan los responsables de su sufrimiento.
Se eligió la fecha del 8 de noviembre debido a los acontecimientos ocurridos el 8 de noviembre de 2010, cuando las fuerzas de ocupación marroquíes desmantelaron brutalmente el campamento de Gdeim Izik, que incluía alrededor de 6.500 tiendas de campaña instaladas por Sa Harawis un mes antes para protestar contra la pobreza social. -condiciones económicas en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos desde 1975. Desde entonces, los prisioneros civiles saharauis del grupo Gdeim Izik, encarcelados en diferentes cárceles marroquíes, han sido mantenidos en condiciones inhumanas y difíciles, situación que ha sido confirmada recientemente en el último informe anual Informe del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sobre la situación en el Sáhara Occidental, publicado a finales de octubre.
-El ocupante ejerce todas las formas de presión sobre los prisioneros saharauis.
Además, desde el informe de Guterres, la delegación general de la administración penitenciaria marroquí ha ejercido deliberada y sistemáticamente todo tipo de presión sobre estos presos, a modo de represalia, violando al mismo tiempo sus legítimos derechos. Y los presos políticos saharauis siguen sufriendo, abandonados por sus enfermedades, torturados, exigiendo sus derechos mediante huelgas de hambre a pesar de los numerosos llamamientos para que los liberen.
A finales de octubre, la dirección de la prisión central de Kenitra, al norte de Rabat, privó al preso civil saharaui, miembro del grupo Gdeim Izik, Abdullah El Ouali Lakhfaouni, de su derecho a recibir cuidados. Este último recibió una decisión de la delegación general de la administración penitenciaria marroquí, a través de la dirección de la prisión de Kenitra, que estipula que «sus solicitudes relativas al traslado al hospital y a su derecho a la atención y a los exámenes médicos sólo serán satisfechas después de haber «Renunciado a su identidad saharaui y a sus posiciones a favor del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia«, precisó una fuente saharaui cercana al asunto.
Además, los presos civiles saharauis del grupo Gdeim Izik realizaron a finales de octubre pasado una huelga de hambre de 48 horas, en solidaridad con el preso civil saharaui Hassan Mohamed Radi Dah que se encuentra en huelga de hambre abierta, y para denunciar los malos tratos infligidos al detenido, los ataques cometidos dentro de la prisión central de Kenitra, así como la política de discriminación racial adoptada por la delegación general de la administración penitenciaria.
Para la Liga para la Protección de los Prisioneros Saharauis en las Cárceles Marroquíes, las prácticas que lleva a cabo la delegación tienen como objetivo «borrar la identidad saharaui y la razón política por la cual los prisioneros saharauis fueron detenidos arbitrariamente, con el fin de eludir sus derechos legales y morales». Abdel Mawla Mohamed Hafed es también otro caso de preso saharaui cuyo estado de salud se ha deteriorado claramente. Según la Liga para la Protección de los Presos Políticos Saharauis, Mohamed Hafed se encuentra hacinado en una celda, a pesar de sus problemas de salud.
A esto se suman la negligencia médica, la mala alimentación, así como la presión y discriminación racial. Por si fuera poco, al prisionero saharaui sólo se le permite comunicarse por teléfono con su familia una vez a la semana, bajo el estricto control de los guardias, deploró recientemente la Liga.
Desde la violación por parte del ejército ocupante del acuerdo de alto el fuego y la posterior reanudación de la lucha armada en el Sáhara Occidental el 13 de noviembre de 2020, Marruecos ha desatado una frenética campaña de represión, persecución y acoso contra activistas saharauis de derechos humanos y también contra sus familias. como prisioneros civiles. Por tanto, la comunidad internacional está llamada a actuar para ejercer más presión sobre el régimen marroquí para que libere a todos los presos políticos saharauis. A finales del pasado mes de julio, un colectivo de periodistas saharauis radicados en la zona ocupada de El Aaiún lanzó una campaña mediática para exigir la liberación de los presos políticos saharauis, en particular los del grupo Gdeim Izik, y para arrojar luz sobre las injusticias que siguen sufriendo en las cárceles de Marruecos. La campaña fue iniciada por Equipe Media. Su presidente, Ahmed Ettanji, afirmó que «mantener a estas personas inocentes tras las rejas no sólo es una grave injusticia, sino también una mancha en la conciencia de la comunidad internacional«.