“Antes de nada dejaremos claras las páginas que nos importan. Las de libros abiertos de vidas cercanas, paredes que por siempre callan.”
Prólogo, Izal
Más de dos meses han pasado desde la última vez que me asomé por aquí. ¡Demasiado tiempo!. “Hace mucho que no publicas en el blog”. “¿Por qué no escribes?”. “¿Cuándo vuelves?”. Son algunas de las preguntas sin respuesta que me han hecho durante estas últimas semanas de retiro -casi- absoluto de este espacio.
Mentiría si dijese que no me las hice también en algún momento, puede que casi a diario. Pero es que ni yo misma sabía por dónde empezar. Esto del “mundillo laboral” cuesta lo suyo, y como diría mi madre, “se está mejor estudiando que trabajando”. Y en eso tiene toda la razón, ¡no me diréis que no!…Aún así, ¡qué afortunada soy, trabajando y de lo mío!.
Volviendo al tema, ¿qué tal lleváis el viaje?. ¿Muchos nervios?. Espero que sí, porque es un viaje fantástico, de desconexión, de cargar pilas, de exprimir al máximo todo, de dejar atrás el reloj, el estrés, las prisas, etc…
El post de hoy, es un poco diferente, espero que lo disfruten tanto como o más que yo cuando intenté plasmar esta historia.
Leer el Microrrelato en: Para cuando te acuerdes de mi. – 1niñosaharaui