Reto conseguido. Y no sin dificultades y penurias. El sangüesino Joseba Alzueta Sola completó este domingo la ruta francesa del Camino de Santiago. Un recorrido de 758 km que realizó corriendo y persiguiendo contribuir a una buena causa: dar visibilidad a una campaña para recaudar fondos con los que apoyar a la población refugiada saharaui. “Estoy fundido, me tendré que recuperar física y mentalmente, pero el objetivo merecía la pena”, confesaba ayer, satisfecho.
Alzueta, de 37 años y trabajador de Embutidos Goikoa, había tenido contacto con la difícil realidad saharaui a través de su familia, y en abril de este año se asoció a la Asociación de Trabajadores y Técnicos sin Fronteras ATTsF, con sede en Navarra y que desde 2003 ofrece apoyo técnico a poblaciones en situación especialmente vulnerable. “Sentía que debía colaborar de una forma más especial, y les planteé este reto deportivo el 22 de julio”, rememora.
Así se acabó fraguando el proyecto ‘Sahrawi Lives Matter’ (Las vidas saharauis importan), al que Alzueta, con su reto, ha buscado dar visibilidad, haciendo seguimiento en redes sociales. Su fin es obtener fondos para “apoyar la distribución de alimentos y agua a la población refugiada saharaui”. Para ello, ATTsF ha puesto en marcha varios canales, como la web iHelp, donde ayer ya se habían recaudado 1.845 euros. La entidad se ha mostrado “muy satisfecha” de los resultados.
A lo largo de un mes, Joseba Alzueta ha corrido una media de 30 km diarios, completando 23 etapas entre Roncesvalles y Santiago. Y, además de soportar las inclemencias meteorológicas, ha portado una mochila que “simboliza la pesada carga que soporta la población saharaui en su día a día desde hace 45 años”.
“Conforme pasen los días creo que la satisfacción crecerá, pero aún tengo recuerdos recientes bastante malos, como la lesión en el peroneo de la pierna derecha que me tuvo parado una semana. Por eso tardé 4 en vez de 3 en hacer el Camino”, indica Alzueta. Fue tratado en una clínica de Ponferrada, algo que permitió una recuperación pronta “para retomar y completar el reto” (aún le restaban las últimas 6 etapas). “Ahora me va a tocar parar y reponerme bien”.
En las etapas navarras, corrió acompañado de amigos, pero luego lo ha hecho solo. “Y ha sido raro, porque además este año de coronavirus había muy pocos peregrinos. Un hostelero de la zona de La Coruña me dijo que recibían un 7% de un año normal”, explica.
Así, sin grandes aglomeraciones, accedió también este domingo a la Plaza del Obradoiro, donde acabó su carrera. “Me estaban esperando mis padres y dos compañeros de la asociación, y apenas había un par de peregrinos. Fue una sensación extraña verla tan vacía”, dice quien recuerda este espacio abarrotado de visitas anteriores con la familia.
Pero en ningún momento se ha sentido solo. “He estado muy arropado por familia, compañeros, amigos, mensajes en redes… Y en cada ciudad nos recibían las delegaciones saharauis”, apunta. Agradece el patrocinio del Ayuntamiento de Sangüesa, Goikoa, Corriendo por el mundo, ASPED León y Puente Solidario Sangüesa.