La ONU se ha convertido, con el tiempo, en una organización inútil, costosa, corrupta e injusta, que funciona más como un obstáculo que como una ruta hacia la paz. Su Consejo de Seguridad, donde Francia posee veto, es un escandaloso monumento a la desigualdad y a la ventaja, mientras que su Asamblea General es el espacio que utilizan Estados dictadores y delincuentes para sentarse en igualdad de condiciones con demócratas y gente honrada.
Por Sidi Maatala /ECS
Cuando en 2016 juró el cargo como Secretario General de las Naciones Unidas sucediendo a Ban Ki Moon, el Frente Polisario esperaba que las cosas en el Sáhara Occidental se movieran para una solución que garantice el derecho de los saharauis a la autodeterminación. Antonio Guterres hasta entonces era el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y, como tal, conocía perfectamente la cuestión saharaui, tanto su parte política como humanitaria, aún así, su mandato para los saharauis fue una decepción. Cuando en mayo de 2019, su representante especial para el Sáhara Occidental, el ex presidente alemán Horst Köhler, decide tirar la toalla porque el palacio real marroquí estaba poniendo obstáculos en su camino en el cumplimiento de su misión, el Sr. Guterres no reaccionó y dejó vacante su puesto sin designar a un nuevo enviado para el Sáhara Occidental.
Dos años después, y en vez de poner en marcha las negociaciones estancadas desde la dimisión de Horst Kohler en 2019 y nombrar un nuevo enviado especial para el Sáhara Occidental, Guterres, y después del estallido de la guerra en el territorio, se ocupó exclusivamente a salvar a Marruecos del atolladero en el que se ha metido. En opinión de los saharauis, el malestar por la pésima e infame gestión por parte de la ONU de la guerra actual en el Sáhara Occidental, fue generalizado.
Pese a que en sus informes emitidos recientemente a los organismos de la ONU, el Secretario General de la ONU ejerce un descarado bloqueo informativo sobre los acontecimientos actuales en el Sáhara Occidental marcados por las hostilidades. Guterres, al igual que sus portavoces, evitan públicamente declarar sobre la guerra y la represión marroquí en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. La misión de la ONU para el referéndum en el Sáhara Occidental, MINURSO, emite de forma diaria, informes y reportes sobre el intercambio de disparos, enfrentamientos e incluso operaciones militares a lo largo del muro militar que divide el Sáhara Occidental, pese a ello, la ONU mantiene en secreto estos informes y prohíbe a cualquier declarar sobre su contenido.
En sus prematuros cuatro años de mandato, aún no se ha enfrentado a Marruecos, pero sí que les prohibió una vez ver su informe sobre la resolución del conflicto, creando cierto optimismo en los saharauis con su acto, pero que luego les decepcionó al hacerse público el informe que presentó durante su ponencia en el Consejo de Seguridad de la ONU en el año 2017, sin ir más lejos, los saharauis calificaron su informe como el peor de la historia. Sin embargo, Guterres, dejó en entrever que quiere relanzar las negociaciones con una nueva dinámica, implicando a Argelia y Mauritania. El diplomático europeo logró lo que prometió pero todo se ha venido abajo tras la dimisión de su Enviado en la zona.
¿Cómo? ‘O’ ¿Qué? La prueba.
Para llegar a una solución a este conflicto, Guterres propone relanzar el proceso de negociación y el cese inmediato de las hostilidades sin ir más allá y condenar a Marruecos por su violación del alto el fuego al atacar a manifestantes saharauis en la brecha ilegal en El Guerguerat el pasado 13 de noviembre de 2020. Con el objetivo de salvar a Marruecos de una condena internacional, Guterres mantiene en secretos los informes de la MINURSO emitidos todos los días sobre la guerra actual en la antigua colonia española.
Antonio Guterres lleva dos años sin nombrar a un nuevo enviado especial para relanzar las negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos. Sin embargo, el jefe de la ONU sigue haciendo creer al pueblo saharaui que puede solucionar el conflicto con declaraciones para levantar el ánimo a los saharauis, una jugada sociológica muy sucia que, sorprendentemente, aún les funciona. La realidad es que el conflicto saharaui y el asunto del último país africano sin descolonizar ha sido un colosal fracaso, absoluto y sin precedentes para la ONU, por mucho que traten de maquillarlo.
El pasado 13 de marzo se cumplieron 4 meses desde que reestalló la guerra en el Sáhara Occidental, tras la violación marroquí del alto el fuego al traspasar la zona de amortiguación en El Guerguerat y atacar a civiles saharauis indefensos, lo que desencadenó la legítima respuesta militar del Ejército de Liberación del Pueblo Saharaui. Desde entonces, el Consejo de Seguridad y el Secretario General de la ONU desoyeron las advertencias dadas desde el Frente Polisario, ignorando las cartas enviadas al respecto, cuyos avisos se materializaron, amenazando la estabilidad de la región y tensando las relaciones bilaterales.
Origen: Guerra del Sáhara Occidental: Como Antonio Guterres busca salvar a Marruecos.