La disputa por el Sáhara Occidental está repercutiendo en la ayuda bilateral que la mayor potencia de la Unión Europea destina al desarrollo de Marruecos.
Por Sidi Maatala /ECS
Madrid (ECS).- Rabat desencadenó en marzo pasado una crisis diplomática sin precedentes con Berlín al suspender los contactos con la embajada. La disputa por el Sáhara Occidental está repercutiendo en la ayuda bilateral que la mayor potencia de la Unión Europea destina al desarrollo de Marruecos, según informa El País.
La suspensión de las relaciones afecta también a la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ, por sus siglas en alemán) y al Banco Alemán de Desarrollo (KfW), según confirmó un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán a El País.
El portavoz alemán precisó que algunos proyectos se encuentran “completamente suspendidos” por la decisión unilateral de Rabat de suspender las relaciones diplomáticas con Berlín.
Según la misma fuente, está disputa deja en el aire parte de los 1.400 millones de euros en ayuda al desarrollo y la cooperación que Alemania destina este año a Marruecos. “Eso nos convierte en el donante bilateral más importante de Marruecos. La mayor parte de ese dinero está consagrado a la lucha contra la Covid-19”, precisan las mismas fuentes citadas por El País.
En 2019 Marruecos fue el tercer país africano que recibió más ayuda de cooperación al desarrollo de Alemania, tras Egipto y Túnez, según datos del Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo alemán.
Rabat parece dispuesto a asumir el coste económico y el desgaste diplomático que pueda causarle la crisis desatada tanto con Alemania como con España. El Gobierno sostiene los dos pulsos en paralelo desde hace varios meses.
El telón de fondo de ambas crisis es la postura que los dos Estados europeos mantienen respecto al Sáhara Occidental. Cada vez que el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, ha intentado desvincular a la Unión Europea de la crisis diplomática que mantiene su país con España para reducirla a un problema “bilateral”, ha evitado mencionar a Alemania.
Las cosas no van como lo deseaba y esperaba Marruecos en la cuestión del Sáhara Occidental.
En diciembre pasado, el reino firmó un acuerdo tripartito con Israel y Estados Unidos en virtud del cual estableció relaciones con Israel, y Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre los territorios ocupados del Sáhara Occidental.
Más de cinco meses después, los dividendos esperados no se suceden y Marruecos se encuentra «muy enojado» con al menos dos grandes países europeos, Alemania y España, mientras que no hay nada definitivo sobre la posición de Estados Unidos al respecto.
Es con Alemania donde la crisis ha llegado más lejos. El 1 de marzo, Marruecos decidió cortar todo contacto con el embajador alemán en Rabat. Este jueves 6 de mayo anunció la retirada de su embajadora en Berlín.
«La República Federal de Alemania ha multiplicado los actos hostiles y las acciones que van en contra de los intereses superiores del reino», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Marruecos en un comunicado de prensa.
Al reino no le agrada la posición de Alemania sobre la cuestión del Sáhara Occidental, acusándolo de actos «hostiles» y «maniobras antagónicas» desde el reconocimiento por parte de Donald Trump de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
También critica a Alemania por su «continua determinación de enturbiar» su papel regional. Marruecos no ha sido invitado a la cumbre de Berlín sobre Libia en enero de 2020. Otra denuncia contra el país de Angela Merkel, su «complicidad con respecto a un ex convicto por actos terroristas», en referencia a Mohamed Hajib, un germano-marroquí condenado en 2010 por la justicia marroquí a diez años de prisión por “terrorismo”.