Ali Mohamed.
ECS. Madrid. | Jorge Dezcallar, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia y alto diplomático del Reino de España, concedió recientemente una entrevista a radio COPE, donde ofreció su punto de vista sobre la actitud marroquí con España derivada del conflicto del Sáhara Occidental.
Jorge Dezcállar de Mazarredo conoce a Marruecos bien, ya que estuvo de embajador en Rabat, así como en Washington en la era Bush y en la Santa Sede, y no tuvo reparos en reconocer que el enfado marroquí se debe a que España »no siguió la estela de Trump». Dezcállar calificó los hechos de Ceuta, por los que Marruecos abrió la puerta fronteriza para permitir el paso de más de 10.000 migrantes, como un error de Marruecos: »Marruecos se ha vuelto a equivocar, como en Perejil». El diplomático alude a la invasión marroquí de la Isla de Perejil en 2002, punto álgido de una de las crisis diplomáticas más tensas de la relaciones hispano-marroquíes que involucró el desplazamiento de tropas de ambos países, acabando con el desalojo y detención de los soldados marroquíes de la mencionada isla bajo soberanía española.
Para el ex director del CNI, la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel obedece a otros intereses y no a una simple victoria diplomática. En un artículo escrito y publicado en El Confidencial, titulado »Todos tienen un precio» en el que Dezcallar desmenuza el acuerdo tripartito entre Trump, Netanyahu y Mohamed VI sacando a flote los verdaderos motivantes detrás de los Acuerdos de Abraham y concluyendo:
»Estos acuerdos también dejan víctimas por el camino, como son los palestinos de la OLP y de Hamas, y los saharauis del Frente Polisario que los han deplorado amargamente mientras ven alejarse las esperanzas de poseer un estado independiente. También pierden el Derecho Internacional y las Naciones Unidas, cuyo secretario general ha recordado que su posición no ha cambiado.»
»Marruecos necesita siempre cariño de España pero tiene que ser compensado con un golpetazo en la mesa de vez en cuando porque si ellos percepcionan debilidad por nuestra parte, pues le anima a crecerse en la relación bilateral y el golpetazo en la mesa hay que darlo con cariño pero con firmeza al mismo tiempo.»
»Creo que hay cosas de todas formas, dada la importancia del Rey, la figura del Rey, el peso político del Rey en la política interna e internacional que es muy fuerte y además lo es de acuerdo con la propia constitución marroquí. Creo que hay cosas que hay que guardar para el momento necesario y el momento necesario es el Gobierno quien puede estimar cuándo se produce. Es un último recurso, en todo caso.»
»La diplomacia marroquí se ha vuelto a equivocar. Además, esto va a reforzar los estereotipos que hay en la opinión pública española sobre Marruecos: hay un problema en el sur, un vecino variable del que uno no se puede fiar. Y eso es malo para Marruecos porque ahonda en eso… en los estereotipos que vienen de muy lejos, de la guerra del Rif, de Alhucemas, y con este tipo de cosas, la Marcha Verde, Perejil, Ceuta, se ven reforzados. Yo citaría aquí a Talleyrand, lo que ha pasado aquí es peor que un crimen, es un error.»