Ahmed Zain.
ECS. Madrid. | El 21 de diciembre de 2010, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 30 de agosto Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Surgió de la preocupación frente al aumento de las desapariciones forzadas en el mundo, arrestos, detenciones y secuestros que eran parte de las mismas. También fue motivo de inquietud el incremento de denuncias por hostigamiento, maltrato e intimidación de testigos o familiares de personas desaparecidas.
Según la ONU, se entiende por desaparición forzada el arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de la libertad por parte de agentes del Estado o por personas que actúan con la autorización o el apoyo de éste. Consiste en un delito cuando las autoridades se niegan a reconocer la privación de libertad o cuando ocultan la suerte o el paradero de la persona desaparecida, lo que la aparta de la protección de la ley.
Durante la ocupación marroquí del Sáhara Occidental y posteriormente los años de la guerra en los años 70 y 80 se transformaron en el método más utilizado para la persecución y represión política, pero también se hace extensiva a actualidad en los territorios ocupados saharauis.
En en el Sáhara Occidental ocupado miles de hombres, mujeres, niños y niñas fueron secuestrados y los pedidos de habeas corpus presentados por familiares fueron rechazados. En la actualidad si bien algunos casos fueron esclarecidos y los cuerpos encontrados en fosas comunes, la mayoría de las víctimas saharauis continúan desaparecidas.
Más de 400 Familias sin noticias de sus seres desaparecidos
Más de 400 familias siguen sin noticias de sus familiares desaparecidos a raíz de su secuestro por las autoridades españolas directamente (caso Sidi Mohamed Basiri, el 18 de junio de 1970), con su complacencia (casos de desapariciones forzadas del 31 de octubre de 1975 al 26 de febrero de 1976) y bajo su responsabilidad jurídica para todos los casos posteriores.
Si bien la responsabilidad material es responsabilidad directa de las autoridades de ocupación marroquíes, España sigue siendo responsable jurídicamente como potencia de iure del territorio del Sahara Occidental.
El día Internacional del Detenido Desaparecido se instauró por iniciativa de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam).
La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el 30 de agosto como Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Cabe recordar que nuestro pueblo celebra cada 18 de junio, el Día Nacional del Desparecido Saharaui, en memoria del líder saharaui Basiri quien fue arrestado por las autoridades de ocupación español el 17 de junio de 1970 tras el levantamiento de Zemla.
La tortura, el terror, la muerte, conforma las características principales de los secuestros. El cautiverio prolongado genera desesperación e inseguridad en toda la sociedad.
El secuestro ha sido utilizado como estrategia tanto por grupos terroristas como por los propios estados. Es por ello que la Carta de las Naciones Unidas impone a los Estados la obligación de promover el respeto universal y efectivo de los Derechos Humanos y libertades fundamentales.
La desaparición forzada se usa a menudo como estrategia para infundir el terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa práctica genera, no se limita, ya que se ha convertido en un problema mundial.
Las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes.
El acoso de los defensores de los derechos humanos, los parientes de las víctimas, los testigos y los abogados que se ocupan de los casos de desaparición forzada.
El uso por los Estados de la lucha contra el terrorismo como excusa para el incumplimiento de sus obligaciones y la todavía generalizada impunidad por la práctica de la desaparición forzada.
Debe prestarse también especial atención a los grupos de personas especialmente vulnerables, como los niños y las personas con discapacidad.
La RASD pidió a Marruecos en reiteradas ocasiones revelar el destino de más de 500 saharauis desaparecidos cuya suerte se desconoce hasta el día de hoy.