Agencias
Madrid (ECS). – Marruecos se abstuvo de votar contra Rusia en la Asamblea General (de la ONU) el pasado miércoles. En Nius Diario, en un extenso análisis publicado, se preguntan: ¿Por qué Marruecos, el firme aliado magrebí de Estados Unidos y Francia, evitó condenar a Rusia por su operación especial en Ucrania?
Según el rotativo español, la única explicación de la neutralidad marroquí ante el conflicto de Ucrania se debe a cálculos estratégicos en el conjunto de África. El malestar expresado por Rabat hacia algunos de sus socios europeos, principalmente España y Alemania, por su posicionamiento respecto al conflicto del Sáhara Occidental después de la decisión del ex presidente de EE.UU, Donald Trump, es uno de los motivos que llevaron a Marruecos a adoptar una posición diferente con Moscú.
A pesar de mantener buenas relaciones con Washington y París– sus principales socios tradicionales-, Rabat viene desarrollando en la última década una diplomacia caracterizada por la superación de las viejas alianzas y la diversificación de socios, con el fin evitar un posicionamiento hostil a sus reclamos en la antigua colonia española.
Así, Marruecos evitó votar una resolución en la Asamblea General que condene a Rusia. Moscú sigue siendo el primer socio militar de Argelia, el archienemigo de Rabat, (no en vano, según el Stockholm International Peace Research Institute, las importaciones argelinas de armas rusas se incrementaron un 64% entre 2016 y 2020).
Cabe destacar que Rabat sabe que Rusia ha llegado al conjunto de África para quedarse. Marruecos es conscientes de que, más allá de su alianza con Argel, Moscú ha llegado al continente de África para quedarse. En los últimos años se multiplican las inversiones rusas en el conjunto de África–en ámbitos que van desde el militar hasta el energético-, al tiempo que los tentáculos de Moscú crecen de la mano de agentes no estatales como las milicias del Grupo Wagner, presente en países como Libia, Mali o Burkina-Faso.
Pero más allá del Sáhara Occidental y Argelia, el periódico señala que hay temor entre las autoridades marroquíes por las consecuencias sociales de la inevitable subida de precios que acarreará la crisis ucraniana en un escenario ya preocupante tras dos años de pandemia.
Azotada por la crisis a causa de la pandemia de coronavirus, la sociedad marroquí tendrá que enfrentarse a un deterioro de su poder adquisitivo en una circunstancia ya difícil como la actual. Recordemos que en las primeras semanas del año, cuando nadie pensaba que las fuerzas armadas rusas invadirían territorio ucraniano, el descontento ya se dejó sentir en las calles de algunas de las ciudades marroquíes ante el encarecimiento de los costes de vida.
Una de las consecuencias económicas directas para Marruecos –al igual que para el resto de países de la región, añade Nius,- será la inevitable reducción de las importaciones de trigo ucraniano. Tanto Marruecos como Argelia, Túnez y Mauritania, importan trigo desde Ucrania para satisfacer las necesidades de los pueblos de la región.
Marruecos se enfrenta al aumento de los precios de los productos esenciales, energía y trigo.
En el plano energético, el perdedor en la ecuación también es Marruecos, que ve incrementarse las dificultades para garantizarse el suministro de gas en el nuevo escenario que se abre con la guerra en Ucrania.
Argelia que, como era previsible, ha cerrado el gasoducto Magreb Europa (GME), y Marruecos tendrá que buscar el suministro de gas a través de otros medios. Ayer domingo saltaron las alarmas en la Moncloa. En la semana pasada, el ministro de energía de Argelia, Mohamed Arkab, telefoneó a su homóloga española, Teresa Ribera, para expresarle el rechazo rotundo de Argelia de la decisión de España de revender su gas a Marruecos. «Argel no permitirá revender a Marruecos ni una molécula de su gas a Marruecos», según reveló El Mundo.
Según informó a principios del mes pasado la agencia Bloomberg, España permitirá a Marruecos utilizar el gasoducto del Magreb-Europa (GME), cerrado desde el pasado mes de octubre de 2021 por decisión de Argelia, con el fin de aliviar las necesidades energéticas del país norteafricano y garantizar su seguridad de suministro. España y Marruecos dieron así un giro inesperado a ese asunto. El GME conecta Argelia con España, atravesando Marruecos y, luego, cruzando el Estrecho.
Marruecos, sumergido en una crisis económica, busca aliviar sus necesidades energéticas, agravadas por las tensiones diplomáticas con Argelia, mediante la descarga en plantas regasificadoras españolas de gas natural licuado (GNL) adquirido en los mercados internacionales para su posterior canalización hacia el reino alauita, según informa la agencia Bloomberg.
Como Marruecos no tiene instalaciones para gestionar gas licuado, su idea es comprarlo, enviar los cargamentos a España y que se regasifique en plantas españolas para enviarlo luego a través del Mediterráneo con el gasoducto Magreb. El Ministerio de Transición Ecológica de España confirmó a la agencia que Marruecos ha pedido ayuda para garantizar su seguridad energética y España «ha respondido positivamente a la solicitud».
Sin embargo, y tras el rechazo argelino, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, expresó este domingo al presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, a través una llamada telefónica su voluntad de fortalecer la cooperación energética y le agradeció ser «un socio energético confiable», según anunció la Presidencia de la República argelina, informó El Confidencial.
En un comunicado publicado en su página oficial de Facebook, la presidencia argelina precisó que en esta ocasión Sánchez afirmó «su voluntad de trabajar para el desarrollo y fortalecimiento de la asociación entre los dos países». Además, Sánchez trasladó «sus más sinceras condolencias por la muerte de un estudiante argelino en Ucrania», añadió la misma fuente.
Según ha explicado el periodista y experto en los asuntos del Magreb, Ignacio Cembrero, en un artículo publicado en El Confidencial, Sánchez llamó al presidente argelino para garantizar el suministro de gas a España. «Argelia es un país muy cortejado porque, si aumenta sus exportaciones, puede mitigar la dependencia energética europea de Rusia en medio del conflicto armado», añade.
La gestión de Pedro Sánchez se añade a las que efectuó a finales de febrero la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, son su homólogo argelino, Mohamed Arkab. Italia, el otro gran cliente del gas argelino, envió el lunes pasado a su ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, acompañado por Claudio Descalzi, el consejero delegado del ENI, el gigante italiano de los hidrocarburos.
Argel cerró a finales de octubre de 2021 el gasoducto Magreb-Europa, el principal gasoducto que bombeaba gas a España tras atravesar el territorio marroquí y cruzar el estrecho de Gibraltar. Quiso así castigar a Marruecos y provarlo del millón de metros cúbicos con que se quedaba legalmente, pero hizo también un flaco favor a España.
Fuentes: Nius Diario, El Confidencial y ECSAHARAUI.