Después del descubrimiento “fantasma” de petróleo, Marruecos habla ahora de un Gasoducto con Nigeria

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Después del descubrimiento “fantasma” de petróleo, Marruecos habla ahora de un Gasoducto con Nigeria
 

 

La falsa estrategia de Marruecos para atraer inversores; de un descubrimiento “fantasma” de petróleo a un supuesto Gasoducto con Nigeria.

Por Lehbib Abdelhay

Madrid (ECS).- Después de que Argelia decidió cerrar el Gasoducto Magreb-Europa (GME), por el que Rabat recibía un millón de metros cúbicos gratis, y cerca de 200 millones de euros en efectivo, Marruecos está sufriendo su peor crisis energética. Con las centrales de ciclo combinado (como la de Tahaddart) cerradas, el país norteafricano se enfrenta a una sería de dificultades para acceder al mercado internacional del gas. Al pésimo escenario se le suma la falta de infraestructura de distribución o plantas para la regasificación del GNL (Gas Natural Licuado). España acude al rescate.

La crisis energética que padece Marruecos después del cierre del gasoducto GME, ha llevado a Rabat y la compañía británica de exploración Europa Oil & Gas a anunciar un hallazgo de más de 1.000 millones de barriles en el suroeste de Marruecos. La noticia ha corrido como la pólvora. Un auténtico filón, puesto que aseguran que su valor supera los 100.000 millones de dólares. Sin embargo, la comunidad científica ha salido a desmentir este supuesto descubrimiento, tildándolo de falso y de estrategia para atraer inversores. «Puede haber petróleo en muchos sitios, pero la clave está en los costes de extracción», asegura a Motorpasión el geólogo Antonio Aretxabala.

Los científicos hablan de «petróleo fantasma»

La Asociación de Geólogos y Geofísicos Españoles del Petróleo (AGGEP) ha hecho pública su posición en varias ocasiones desde que la noticia se viralizara, tachándola de «falsa» y asegurando que se trata de un movimiento de la operadora para encontrar un socio inversor que se comprometa antes de noviembre de 2022 a financiarles un pozo de exploración. «No ha habido ni tesoro, ni filón, ni bolsa”, dijo la organización en un comunicado recogido por ECSaharaui.

La organización, especializada en la prospección petrolífera, aclaró también que las intenciones de la “campaña de publicidad” está impulsada por empresa extrajera para pescar de forma embustera a “socios inversores” antes de noviembre de 2022. La campaña coincide con el peor momento económico de Marruecos, por lo que se requiere inversión urgente para evitar revueltas sociales internas.

Después del descubrimiento “fantasma” de petróleo, Marruecos habla ahora de un Gasoducto con Nigeria.

Cuando la tasa de retorno energético deja en entredicho anuncios como el de Marruecos

Aproximadamente cada seis meses tenemos una noticia de este tipo; «Marruecos ha descubierto gas o petróleo en alta mar». Todos los sitios tienen petróleo, pero la clave está en los costes de extracción». Desde que Argel cerró su gasoducto GME, no pasa ni un día en que la prensa afín al régimen marroquí informara de un nuevo descubrimiento de gas o la inminente la construcción de un Gasoducto entre el país magrebí y Nigeria.

En este contexto, según ha informado Efe, Rabat y Abuya han dado un impulso a un gasoducto, el transafricano, un complejo megaproyecto que recorrería 7.000 kilómetros por las aguas de trece países africanos y llegaría luego a Europa. La compañía australiana WorleyParsons anunció este martes que se encargará de la fase II de los estudios técnicos preliminares relacionados con este conducto marino.

En Marruecos lo están festejando a lo más alto. «(El gasoducto) será ‘la’ referencia de la cooperación sur-sur tanto a nivel económico como político», aseguró este jueves el periódico electrónico el más leído de Marruecos, «Hespress.ma». Pero para Francis Perrin, investigador en el centro de reflexión Policy Center for the New South, con sede en Rabat, es «muy pronto» hablar de las etapas siguientes del proyecto, y una vez llegado el momento «hay que examinar dos grandes cuestiones antes de la fase de construcción: los mercados y la financiación. El camino aún es largo», declaró Perrin a EFE.

Pese a las ventajas que ofrece, como Perrin varios expertos coinciden en el carácter «complejo» del proyecto, que difícilmente dará una solución a Marruecos en materia energética por una cuestión de tiempo, ya que el proyecto tiene una viabilidad estimada en veinte años y la intención de Rabat es buscar fuentes de energía para subsistir.

Cabe señalar que Marruecos pidió recientemente ayuda a España, que, según la agencia Bloomberg, Madrid se ofreció a usar el gasoducto, cerrado por Argelia el pasado 1 de noviembre, para transportar a Marruecos el gas natural que llega licuado (GNL) a los puertos españoles. Precisamente este miércoles, la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha informado a Argelia de que en las próximas horas autorizará el cambio de sentido del flujo, provocando la ira de Argel, que ha amenazado con cortar el suministro a España si transporta gas argelino a Marruecos.

Obsesionado por su vecino del este, Marruecos dibuja todos sus proyectos sobre los ya lanzados por Argelia, su principal enemigo en el norte de África. Ha sido en esta, como en otras cuantas, una fallida estrategia que entró en juego tras el anuncio del proyecto del gasoducto que conecta Nigeria con Marruecos en un intento inútil de intentar abortar otro proyecto similar, que tenía previsto pasar por Argelia.

Los expertos marroquíes ahora están más que convencidos de que la aventura en la que el régimen monárquico de Rabat quería participar por pura obstinación, solo puede ser abandonada. En Rabat, se estima que «ha llegado el momento de cuestionar la viabilidad del controvertido proyecto».



Si bien la creciente demanda de gas en Europa puede ser particularmente interesante para el «gasoducto Nigeria-Marruecos», este mercado sigue siendo muy competitivo. De hecho, sería técnicamente difícil para el gasoducto realizar una incursión en este terreno donde están bien instalados Rusia, Noruega y Argelia, sin mencionar las ambiciones egipcias. Estos exportadores tienen contratos de entrega a largo plazo con países europeos, que se extienden por una docena o incluso veinte años.

El proyecto presentado por el régimen de Rabat, se remonta a diciembre de 2016, cuando el Rey de Marruecos y el Presidente de Nigeria firmaron dos memorandos de entendimiento, cuyo objetivo es la construcción de un gasoducto de más de 5.000 km para conectar las dos naciones.

En conclusión, Mohamed VI puede consolarse construyendo su torre, que quiere ser la más alta de África. Otro proyecto extravagante, que matará aún más de hambre a un pueblo marroquí agotado por el reinado de una monarquía depredadora, es difícil de conseguir.

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