Excmo. Sr. ministro en funciones de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
Es enorme la responsabilidad de la comunidad internacional al apoyar a los ocupantes, ya se llamen Israel, Marruecos u otros. Luego, nos rasgamos las vestiduras cuando al ocupante le infligen una dura respuesta. Pero solo entonces. Antes, nadie quiere ver los delitos de lesa humanidad cometidos contra los ocupados, miramos hacia otro lado dejando nuestra responsabilidad en manos de ONG, y mantenemos una buena consideración hacia sus perpetradores.
Mañana, día 10, se cumplirán 13 años de la creación del campamento de protesta de Gdeim Izik, en el Sahara Occidental ocupado, donde los saharauis exigían sus derechos. A raíz de su violento desmantelamiento un mes después por las fuerzas de ocupación marroquíes, se produjeron muertes, y detenciones y torturas en masa. De aquella barbarie de los ocupantes quedan 19 presos políticos saharauis en cárceles de Marruecos, que suman 8 cadenas perpetuas y 275 años.
Al silencio de toda la comunidad internacional ante el genocidio en que se materializan las ocupaciones, se añade la responsabilidad específica de España en el caso del Sahara Occidental por ser potencia administradora que renunció a sus obligaciones de descolonización y entregó el territorio. Hoy en día, España se sigue posicionando claramente del lado del ocupante.
Estalla el sometido cuando ya no tiene nada que perder. Lo estamos viendo. Y las repercusiones pueden ser insospechadas. Para todos.
Cristina Martínez Benítez de Lugo
Participante en el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis