Por Álvaro García, maestro del CEIP Juan Carlos I (El Viso del Alcor). Fotografías de Paula Álvarez, Salec Hosein y el resto del equipo de Periodistas Escolares del Colegio Ágora (Palomares del Río).
El descanso resultó reparador. El segundo día comienza con energía renovada multiplicado con un desayuno a base de pan, leche y café. Pero lo primero siempre, después del rezo matinal, es el delicioso té saharaui que prepara Nafi, nuestro risueño anfitrión saharaui. En cada casa lo primero siempre es el té.
Los campos de refugiados se despiertan silenciosos. Recogemos las mantas con las que hemos dormido en el suelo y salimos para las Madrazas en el minibús que nos lleva a los distintos lugares previstos en el programa.
Apenas pasan las 10 h cuando llegamos a la escuela Abaidi-Ahchid. Es semana de exámenes y los niños y niñas saharauis están en las aulas. El colegio se divide en varios edificios alargados alrededor de un patio de arena presidido por la bandera saharaui. Nos sorprenden las aulas equipadas con sillas y pupitres, pizarras blancas y algún material escolar.
Nuestra llegada levanta un revuelo inusual en la escuela. Mientras nos recibe el director, los chicos y chicas se asoman a las ventanas, al patio o a los pasillos abovedados para ver a los niños y niñas andaluces. El director pone toda la escuela a nuestra disposición y nos recibe en su despacho con la protocolaria seriedad y, a la vez, amabilidad que acompaña los actos de envergadura.
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