Enrique Vaquerizo no sólo es doctor en Ciencias de la Información y licenciado en Historia, sino un viajero impenitente que ha estado en casi tantos países como el aventurero Dirk English, jefe de la cooperación alemana para la ONU en África occidental, a quien encontró en Mauritania en el transcurso de su curioso periplo que tuvo como objetivo llegar al muro construido por los marroquíes en el Sáhara por el camino más largo. Porque lo normal es hacerlo viajando en avión a Argelia y los campamentos de refugiados del Frente Polisario en Tinduf para, desde allí, penetrar en los territorios liberados de la RASD. Vaquerizo optó por llevarlo a cabo desde el oeste y por tierra, lo que significa que después de haber atravesado toda península y llegar a Tánger, tuvo recorrer Marruecos de norte a sur, penetrar en el Sáhara ocupado, luego en Mauritania por Cabo Blanco y, a partir de Nuadibú, cambiar de rumbo para ir entonces en dirección norte. Todo ello en transporte público, lo que incluyó un tramo en el tren minero más largo del mundo que va desde los yacimientos de Zuerat a Puerto Cansado. Una verdadera aventura, un poco kafkiana, que describe con viveza y colorido en “Sin noticias de Ítaca. Un viaje a los dos lados del Sáhara” (Laertes).
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