En cuanto al gas, la exportación total al Sáhara Occidental en forma de GLP la lidera principalmente los Países Bajos, que es el mayor proveedor de gas, pero también los Estados Unidos, Francia, Croacia, España, Bélgica, Italia y la República Democrática del Congo. El gas importado se utiliza para apoyar la infraestructura y las industrias de la ocupación ilegal del Sáhara Occidental. Las principales empresas involucradas en el transporte son: BW Epic Kosan, filial del gigante BW Group, una multinacional noruega especializada en el transporte marítimo de hidrocarburos, Wisdom Marine Group que es empresa taiwanesa, y Stealth Corp, una naviera griega.
La electricidad es otro de los elementos más esenciales en la economía colonial y clave para sus operaciones militares en desierto abierto y remoto. Marruecos, que se presenta internacionalmente como un campeón en materia de energías renovables pese a que solo el 8% de su consumo total es limpio, está en proceso de instalar un gran proyecto energético en las tierras ocupadas del Sáhara Occidental. Es decir, el mantra de la energía renovable solo es posible manteniendo la ocupación. Y es Nareva, la empresa de energía eólica propiedad del holding Al-Mada (antiguamente SNI) perteneciente a la familia real marroquí, la propietaria de los grandes parques eólicos. Estos parques eólicos incluyen Tarfaya, con una capacidad instalada de 300 MW, y Aftissat, ubicado a 50 km al sur de la ciudad de Bojador ocupado, con una capacidad de 200 MW. También está el parque Foum El Oued, uno de los primeros parques eólicos puestos en marcha por Nareva cerca de El Aaiún con una capacidad para 50,6 MW. En la construcción de parques eólicos participan varias empresas extranjeras, siendo las más importantes GE Renewable Energy, filial de la gigante estadounidense General Electric, así como la británica Windhoist, la estatal italiana Enel y la germano-española Siemens Gamesa. Todos estos parques eólicos están gestionados por EEM (Energie Eolienne du Maroc), que a su vez pertenece a Nareva. Toda esta energía generada es utilizada por las industrias que saquean los recursos no renovables del territorio saharaui y brindan oportunidades de empleo atrayendo a más colonos de Marruecos. Además, fue Alcatel Submarine Networks, filial francesa de la multinacional Nokia, la que tendió los cables de telecomunicaciones desde Dajla ocupada hasta el fondo marino.
Dajla, la antigua Villacisneros, es principal proveedor de productos del mar a nivel nacional e incluso en varios mercados extranjeros, incluida la UE. Los puertos de la capital administrativa El Aaiún y el de la capital económica, Dajla, están gestionados por la Société d’exploitation des ports SA (Marsa Maroc), que es propiedad del Májzen marroquí en un 60% y cotiza en la Bolsa de Valores de Casablanca.
El rey de Marruecos también ha intensificado la agricultura mediante la realización de concursos públicos destinados a atraer nuevos colonos para cultivar en las tierras saharauis. Marruecos es el primer exportador, fuera del continente europeo, que abastece de tomates saharauis al mercado de la Comunidad Europea. Así, los productos saharauis de hortalizas en general y tomates en particular exportados ilegalmente a la UE seguirán aumentado pese a la sentencia del TJUE que anuló los acuerdos UE-Marruecos por considerar que el Sáhara Occidental no pertenecía a Marruecos. La brecha ilegal de El Guerguerat en el sur de los territorios saharauis ocupados canaliza gran parte de las hortalizas saharauis en camiones a través del paso que conecta con Mauritania.
Los ingresos de Marruecos por la exportación de recursos naturales saharauis siguen constituyendo un importante superávit financiero que supera las necesidades de su ejército, asegura la compra de armamento y refuerza la maquinaria militar dirigida a la guerra contra el pueblo saharaui para consolidar la prolongación de sus actividades ilícitas y el posterior desgaste del Polisario, sin mencionar el enriquecimiento de sus generales que los mantiene distraídos de los golpes militares.