Fue uno de los fundadores, allá por el año 1973, del Frente Polisario. Un movimiento de liberación del pueblo saharaui del que fue su primer secretario general. Desde entonces ha ocupado varios cargos en la estructura del Polisario y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Volvió a la primerísima línea en 2016, tras el fallecimiento de Mohamed Abdelaziz. Brahim Gali (Esmara, Sáhara Occidental, 1949), aspira a seguir siendo el líder del Polisario y presidente de la RASD tras la celebración del XVI Congreso que su organización todavía celebra desde el pasado día 13 en el campamento de población refugiada saharaui de Dajla. Tendrá, eso sí al menos un rival, ya que Bashir Mustafa Sayed anunció este martes de forma oficial su candidatura.
Diferentes sucesos de los últimos años han llevado a Gali al foco de la opinión pública española e internacional. En abril de 2021 fue ingresado en un hospital de Logroño para ser tratado por una grave infección de coronavirus. Lo hizo en secreto gracias al Gobierno de Pedro Sánchez que decidió atenderlo por razones humanitarias. Aquello desencadenó una tormenta judicial y política que un año después terminaría con el mismo Ejecutivo de Sánchez cambiando su posición histórica respecto al Sáhara Occidental y avalando el plan de autonomía que propone Marruecos.
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