El Ejecutivo niega que vaya a ceder el control aéreo del territorio saharaui al reino alauita y que solo se conversa sobre la coordinación entre ambas partes. Sí parece más afianzada la apuesta por abrir una extensión del Instituto Cervantes en la ciudad de El Aaiún, ocupada por Marruecos.
Hace prácticamente un año, el pasado 7 de abril de 2022, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió con el rey de Marruecos, Mohamed VI. Aquel encuentro en Rabat dejó una declaración conjunta que inauguraba una «nueva etapa» bilateral y pretendía cerrar una crisis de más de un año de duración. Para ello se avaló el plan de autonomía que propone el reino alauita para el Sáhara Occidental. Además, el documento incluía una serie de puntos y compromisos adicionales también relacionados de manera directa o indirecta con el conflicto saharaui.
Sánchez y Mohamed VI pactaron entonces de forma concreta la reapertura de las fronteras terrestres en Ceuta y Melilla. Sobre el papel se incluyó también la apertura de aduanas comerciales en ambas ciudades autónomas. Un asunto que todavía está pendiente y que tampoco se desbloqueó con la celebración en febrero de la Reunión de Alto Nivel entre ambos países. Lo que sí se verbalizó en esa cumbre fue el compromiso de «no ofenderse mutuamente» en cuestiones relacionadas con la soberanía territorial. Es decir, el Sáhara en Marruecos y Ceuta y Melilla en España.
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