Marruecos o el fraude de la historia – Por Mahayub Sidina OPINIÓN

Madrid (ECS).- Quitando algún que otro turista despistado, que piensa solo en la dosis diaria de hachich, la primera impresión del visitante normal, al desembarcar en Marruecos, es el arraigo de la cultura del fraude y del engaño. Para cazar a sus potenciales víctimas, han convertido dicha práctica en una especie de arte tragicómico que abarca todos los ámbitos de la vida, político, diplomático, económico, religioso, social comercial, familiar, intrafamiliar…etc. Al ciudadano de a pie, o mejor dicho el sufrido súbdito, no se le puede echar la culpa. Todo es obra del propio sistema del majzén que, por su naturaleza y razón de ser, es corrupto. Para sobrevivir necesita involucrar, en el fraude, a todo lo que se mueve a su alrededor. La ética, la justicia y los valores morales, más elementales, nunca formaron parte de sus preocupaciones y mucho menos de su código de conducta.

 

Después de esta breve introducción, vamos a enumerar, de forma sumaría algunos de los engaños conocidos del público. La institución del Majzén personifica en si misma el fraude para sacar ventajas.

 

 

Para empezar, la institución del majzén, en su forma actual, tiene mucho que ver con la herencia del Residente General francés Hubert Lyautey (1912-1925). Para variar un poco, éste último ha introducido algunos matices nuevos, pero siempre con el propósito de mantener la dominación de un sistema corrupto y eclipsar a cualquier voz disonante.

 

 

En 1965, el rey Hasan autorizó, al Mossad y al Shim Beit israelíes, a instalar sistemas de escucha en el hotel Casablanca donde se celebraba una cumbre secreta, de líderes árabes con sus respectivos jefes militares y de seguridad, para coordinar esfuerzos frente a Israel.

 

La información sensible, conseguida en dicha operación de espionaje, ayudó muchísimo al estado Hebreo en la guerra de seis días de 1967.

 

 

El rey se autoproclama jefe o emir de los creyentes “por derecho divino”. Es la aberración más grande, cuando se tiene en cuenta la calidad de la catadura moral y el inexistente bagaje espiritual de los reyes alauitas. El actual “jefe de los creyentes”, a la marroquí, anda, con la fratria de los Abu Zaitar, deambulando entre los promiscuos clubes de Ámsterdam, o dando tumbos en las calles de París o escondido en un paraje tropical frente a Libreville en Gabón. Sin duda alguna, no se trata de ninguna retirada espiritual, ni de ninguna penitencia, ni de ninguna ayuda al prójimo.

 

Otro detalle curioso. En el mundo musulmán, cuando ven la luna del mes de Ramadán todo el mundo observa el ayuno el día siguiente. En Marruecos aunque los ciudadanos de a pie lo vean, tienen que hacer la vista gorda en espera del visto bueno del majzén. En tal situación, los honestos, y cumplidores de los preceptos del islam, suelen observar el ayuno clandestinamente por miedo a represalias.

 

 

Marruecos, junto con Israel, es el único país, en el mundo, que no tiene límites fronterizos establecidos constitucionalmente. Su ideología expansionista lo llevó a reivindicar, total o parcialmente, a todos sus vecinos. Tras un largo periodo, de reivindicaciones territoriales infundadas, reconoció a Mauritania solamente diez años después de su independencia.

 

Sin esperar a que cicatricen las heridas de una larga lucha de liberación nacional, Marruecos declaró la guerra a Argelia en 1963. Fue derrotado, pero para desviar la atención, de sus problemas internos, agita, de vez en cuando, el mismo demonio expansionista. Es lo que está haciendo en estos días de forma ridículo.

 

En 1975, invadió el Sahara Occidental, y sigue ocupando gran parte de su territorio, en contra del derecho internacional y del principio de la intangibilidad de las fronteras heredadas de la colonización de la Unión Africana.

 

 

En 1990, Marruecos y el Frente Polisario firmaron, bajo los auspicios de ONU, el plan de arreglo para celebrar el referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental.

Después de la entrada en vigor del cese el fuego y el despliegue de la Misión de la Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), Marruecos empezó a dar marcha atrás; renegando a todos los compromisos contraídos ante la comunidad internacional.

 

 

El rey de Marruecos es el presidente del Comité El Quds. Teóricamente el cometido de dicho comité es velar por el respeto de los derechos de los Palestinos y la integridad y preservación del status de la ciudad Santa.

Marruecos hace todo lo contrario. Firmó los acuerdos de Abraham para consolidar la ocupación de Israel y fomentar la represión contra el pueblo palestino. Por cierto, los israelíes, de origen marroquí forman uno de los grupos más activo a la hora de reprimir a los Palestinos o invadir las explanadas del Qods.

 

 

Marruecos recibe grandes cantidades de dinero de la Unión Europea, supuestamente para combatir la emigración ilegal, el tráfico de drogas, el terrorismo, el crimen organizado…etc. Paradójicamente, estas son algunas de las armas arrojadizas que utiliza para chantajear reiteradamente al viejo continente.

 

Las estadísticas no cuadran. En los últimos 30 años, Europa inyectó mucho dinero para reducir el cultivo de cannabis en el norte de Marruecos. El resultado era que la producción en vez de disminuir se multiplicó; superando Pakistán y Afganistán juntos.

 

En muchos casos, el barómetro sube o baja en función del temperamento del sátrapa. Un simple gesto de malhumor, de éste último, pone los contadores a cero de nuevo. La invasión del enclave de Ceuta por más de 10.000 inmigrantes marroquíes en 2021 no es más que un pequeño ejemplo. A esto hay que añadir el intento de ocultar, con el apoyo de Pedro Sánchez, la masacre de decenas de inmigrantes africanos en las puertas del enclave de Melilla en junio de 2022.

 

Otro caso típico del engaño institucional del Májzen, son los menores marroquíes, no acompañados, que pululan en las principales capitales europeas. Cuando los europeos reclaman su repatriación, porque representan un peligro de orden público, las autoridades marroquíes responden: ¿y quien dice que son nuestros? O buscan otros pretextos para hacer marear la perdiz. Para ellos todas las artimañas son buenas, con tal de mantener la situación como es, para que el chantaje siga surtiendo efectos.

 

 

Siempre para mantener la presión contra Europa, los servicios de seguridad marroquíes informan cada cierto tiempo del desmantelamiento de una célula terrorista. Casi nunca identifican a sus miembros, ni los presentan en público y mucho menos los someten a juicio. Es el peculiar método del majzén para hacer caja y justificar, sobre la marcha, la retribución percibida en concepto del nunca verificable capítulo de “lucha contra el terrorismo”.

 

 

En 2021 el consorcio Forbidden Stories, en colaboración con 17 prestigiosos medios de comunicación internacionales y Amnistía Internacional, desveló el uso masivo, por Marruecos del software espía israelí PEGASUS. Sus víctimas eran periodistas, activistas, defensores de Derechos Humanos e incluso mandatarios extranjeros. En el interior, tenía/tiene bajo vigilancia a todos aquellos que, potencialmente, puedan expresar una opinión independiente y creíble.

A pesar de haber sido pillado in fraganti, el régimen marroquí, con su desfachatez habitual, sigue negando los hechos. El último episodio de dicha desfachatez es el escándalo moroccogate que estalló recientemente en el Parlamento Europeo. En los últimos quince años, los servicios de inteligencia marroquíes se han dedicado a sobornar, a numerosos europarlamentarios, con el fin de influir en las decisiones de la cámara relativas al Sáhara Occidental y la violación de los derechos humanos.

 

 

Marruecos es uno de los pocos países cuyos principales medios de comunicación están en manos de los servicios de seguridad e inteligencia. Junto con el aparato judicial, es el arma más usada para destruir a los oponentes políticos y a todos aquellos que no sintonizan con las políticas corruptas y represivas del majzén. Es un método feudal, para mantener al pueblo dominado, aplicando técnicas modernas.

 

 Fraude No. 11

 

A pesar de que la mayoría del pueblo marroquí vive en una pobreza absoluta, el régimen, además de medieval, es un monarquía patrimonial que somete sus súbditos a una servidumbre multifacética. El sátrapa, o el rey depredador, es a la vez el empresario número uno del país. Sus holdings controlan los sectores vitales de la economía desde los bancos, pasando por la minería y la industria hasta el sector terciario y de la distribución. Por temor a represalias, nadie se atreve a denunciar el conflicto de intereses y las injustas implicaciones que acarrea.

 

 

Para ponerle la guinda al pastel, los europeos siguen calificando, cínicamente, a dicho comportamiento engañoso y fraudulento, hasta la médula, como “la particularidad marroquí”. Ninguna persona sensata, y con vista de halcón, consigue determinar el color del mágico cristal que les ha permitido llegar a una conclusión tan errónea como esta.