Sánchez «saca pecho» por el descenso en el número de inmigrantes ilegales «enviados» desde Marruecos, «a costa de vender el Sáhara Occidental»

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Sánchez «saca pecho» por el descenso en el número de inmigrantes ilegales «enviados» desde Marruecos, «a costa de vender el Sáhara Occidental»
 
Sánchez ha asegurado que en el primer trimestre de este año las llegadas a Ceuta y Melilla cayeron un 78 % mientras las de Gran Canarias han disminuido en un 63 %.
 
Agencias | ECSAHARAUI – Por Salem Mohamed 
 
Madrid (ECS).- El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha defendido que sus acuerdos con Marruecos y la cesión del Sáhara Occidental han permitido una caída considerable en las llegadas de inmigrantes ilegal hacia España. Sánchez aseguró que en el primer trimestre, las llegadas a Ceuta y Melilla cayeron un 78 % mientras las de Gran Canarias han disminuido en un 63 %.
 
Sánchez ha comparecido ayer miércoles en el Congreso de los Diputados para responder, entre otras cuestiones, al estado de la relación con Marruecos y su giro ilegal en el Sáhara Occidental.
 
Las críticas de los grupos políticos del Congreso no se han hecho esperar. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, le ha reprochado a Pedro Sánchez, que «saque pecho» del descenso en la llegada de inmigrantes ilegales a España desde Marruecos «a costa de vender el Sáhara Occidental».
 
También ha criticado esta postura el portavoz de EH Bildu. Jon Iñarritu ha asumido la necesidad de tener «buenas relaciones de vecindad», pero ha reivindicado que «el precio a pagar no puede ser abandonar al pueblo saharaui».
 
Por su parte, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, le ha recordado a Sánchez que la política respecto al Sáhara «ha sido también desautorizada» por el Parlamento español. También ha preguntado a Pedro Sánchez si destituyó a la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, a petición de Rabat por el traslado en 2021 del líder saharaui, Brahim Gali, a España para ser tratado de covid-19, tal y como aseguraba hoy el diario El Confidencial.
 
 
 
Mohamed VI utiliza la inmigración irregular como arma política contra Europa 
 
chantaje migratorio. Falto de toda estrategia al no haber alguna para validar su violación del derecho internacional en el Sáhara Occidental, Marruecos a los métodos más abyectos que usó Erdogan, el presidente turco, durante la crisis migratoria de 2015 con los refugiados sirios.
 
Hace casi dos años, fueron más de 10.000, la mayoría menores, los que saltaron al agua desde la costa de la pequeña ciudad marroquí de Fnideq, en el extremo norte de Marruecos, para evitar nadar y poner en riesgo su vida, bordearon los espigones de Ceuta, principal enclave español en suelo norteafricano. En cuestión de minutos, las fotos se hicieron portada en los medios occidentales, incluido aquella, sobrecogedora, en la que un agente de la Guardia Civil rescata un bebé ahogándose.
 
Pero este brote de la migración irregular en el flanco sur de Europa fue orquestado por Marruecos, haciendo que Bruselas salte conmocionada por el rey Mohamed VI, socio fiel hasta ahora de la Unión Europea, por comportarse como un imitador del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
 
Mientras que Marruecos decía que se negaba a jugar el papel de «policía de Europa», a pesar de que se beneficia desde 2019 de un presupuesto total de 147,7 millones euros otorgados por la UE como parte del Fondo Fiduciario de Emergencia para África, creado en 2015, y destinado a luchar contra la inmigración ilegal y la trata de blancas y seres humanos, proteger a las personas vulnerables y fortalecer el desarrollo económico.
 
Todo esto además sin contar la ayuda bilateral que destina regularmente a las fuerzas de seguridad marroquíes equipos de vigilancia costera. » Marruecos, a diferencia de otros socios como Argelia que colabora activamente contra la inmigración irregular, tiende a señalar su carencia de medios y a pedir dinero».
 
Según Bruselas, Rabat estima que necesita 434 millones euros al año para cubrir el coste para controlar sus fronteras, señalando que el país es también una zona de tránsito para miles de inmigrantes subsaharianos. En 2018 se registró un récord histórico con la llegada de 64.000 personas por tierra y mar. España se convirtió entonces en el mediador entre Rabat y Bruselas y logró defender sus intereses ante la UE, que desde entonces ha reforzado su apoyo económico. El flujo migratorio se redujo a la mitad en 2019, pero solo un año más tarde, en 2020, el país fue una vez más el centro de la crisis migratoria: 23.000 personas, de los cuales el 50% eran de nacionalidad marroquí.
 
La diplomacia marroquí de chantaje con Europa, y particularmente con España data de hace mucho tiempo. Desde 2019, Rabat ha decidido unilateralmente imponer un bloqueo económico a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, decretado oficialmente para acabar con el contrabando. El comercio ilícito transfronterizo hasta ahora llevado a cabo diariamente por ‘mujeres mulas’ sobrecargadas de contrabando. Asfixiar a los enclaves es parte de un gran proyecto de Mohamed VI: transformar el norte de Marruecos en una región económica que compita y rivalice con el sur de España (Andalucía). Con la ayuda de multinacionales francesas (Renault, TGV) Tánger ha cambiado en los últimos años hasta convertirse en una especie de polígono industrial competitivo.
 

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