Por Haddamin Moulud Said
Escribo estas líneas para unirme a las voces que reclaman, a nuestras autoridades, que tomen las medidas más severas para imponer el orden y el respeto debido a los funcionarios públicos.Estos hechos son deplorables y todos tenemos el deber de denunciarlos.
Madrid (ECS).- A media mañana de aquel fatídico viernes 31 de octubre, un hombre había llegado andando, desde Echedería hasta las cercanías de Fum Sual, donde se encontraba el cuartel del Frente Polisario, en Tihfuz, la parte más oriental de Ued Saguia El Hamra.
El hombre venía para dar el aviso de que, efectivamente, el ejército marroquí había entrado en la ciudad de Echedería. En ese mismo momento, Sidi Brahim junto a otros guerrilleros se dirigen al norte, ascienden por Zneyet Chäab, cruzan Carb Al Hawa por Mezuar y descienden hacia Ued Jdeiriya para tomar posiciones en los cerros que quedan al este de la ciudadela de Echedería. Van a participar en un acontecimiento histórico: el primer combate del Frente Polisario contra las tropas marroquíes.
Caída la noche, Sidi Brahim, de civil, consigue entrar en la ciudad y se encuentra con que mucha gente se había reunido en la casa del juez local, para abordar la situación y tomar una decisión.
Había comenzado la invasión y la gente no tenía ni idea de lo que había que hacer ni a dónde ir. Sidi Brahim les dice que deben abandonar el lugar, dirigiéndose al sur, hacia Ued Saguia.
Habiendo nacido en la lejana Atar, en Mauritania, el destino había querido colocarlo, justo en el momento y el lugar, por donde empezaba todo. Mucho más tarde, un seis de noviembre de 1979, ya como Comisario Político de la Segunda Región Militar, bajo las órdenes de Mohamed Lamin Buhali, Sidi Brahim estaba en el flanco izquierdo de la batalla de Bu Craa. El formidable ataque de nuestras gloriosas unidades, a la tropa marroquí acantonada en la mina de fosfatos, se había producido según estaba previsto y, nuestras unidades se encontraban en retirada siendo perseguidas por la aviación enemiga.
En lugar de dirigirse hacia el este, nuestras unidades, se habían dirigido hacia el oeste, hacia Sebjet Augranat. Ahí, en un paso equivocado, algunos vehículos intentan pasar por un paso intransitable, dado que la naturaleza del terreno de la salina atrapa las ruedas de los vehículos quedándose inmovilizados, por lo que hay que empujar para sacarlos del lugar. Sidi Brahim y su compañero bajan del Land Rover para ver la situación y, en ese instante, un misil lanzado desde un Mirage marroquí alcanza de lleno el Land Rover, incendiándolo.
Más tarde, el General Tobji escribirá en su libro “Los oficiales de su Majestad”: Appelé en intervention juste après cet incident dans la région de Boukraa, je réussis sans doute le meilleur bilan que la zone sud ait jamais connu. En effet, je ramenai en fin de journée à El-Ayoune douze prisonniers, dont un commissaire politique, plusieurs Jeeps dont deux Toyota dotées de canons bitubes de 23 mm et un adjudant marocain qu’ils avaient fait prisonnier dans la matinée. Ce bilan était en effet exceptionnel, puisque nos soldats n’avaient jamais vu de prisonnier, ni même de cadavres de l’ennemi depuis les premières escarmouches du début de la guerre. Le bilan de notre unité était d’autant plus exceptionnel, ce jour-là, que nous n’avions à déplorer ni mort, ni blessé.
“Llamado a la intervención justo después de este incidente en la región de Bu Craa, probablemente logré el mejor récord que jamás haya conocido la zona sur. De hecho, al final del día, traje de vuelta a El-Aaiún a doce prisioneros, entre ellos un comisario político, varios jeeps, incluidos dos Toyota equipados con cañones bitubo de 23 mm, y un sargento marroquí al que habían hecho prisionero en la mañana. Este registro fue realmente excepcional, ya que nuestros soldados nunca habían visto un prisionero, ni siquiera los cadáveres del enemigo desde las primeras escaramuzas al comienzo de la guerra. El historial de nuestra unidad fue tanto más excepcional ese día que no tuvimos que lamentar ni la muerte ni las lesiones”.
Efectivamente, coincidiendo con el quinto aniversario de la Marcha Negra, ese martes 6 de noviembre de 1979, en Sebjet Augranat y muy lejos de su Atar natal, Sidi Brahim junto a ocho guerrilleros, había caído prisionero en manos del enemigo marroquí. Uno de ellos, Moreno Uld Mohamed Uld Mulay, gravemente herido en la cabeza, morirá al día siguiente en El Aaiún.
Pocos días después, en su interrogatorio, en una sala con ocho oficiales marroquíes de inteligencia y un no marroquí, Sidi Brahim sufrirá una de las peores experiencias que un guerrillero puede sufrir.
Hoy, miércoles, 3 de mayo de 2023, sobre la una de la madrugada, el vehículo de Sidi Brahim, actual fiscal militar, ha sido incendiado en Bir Lehlu, desconociéndose los autores de tan execrable conducta.
Hace unos pocos días, Sidi Brahim estaba sentado en el despacho del Sr. Meyen, un hombre de unos setenta años, que es el actual Secretario General del Ministerio de Defensa saharaui y ex Jefe de una Región Militar, cuando un grupo de personas entró en el despacho agrediendo físicamente al Sr. Meyen.
Sidi Brahim, el Fiscal Militar había dado la orden de búsqueda y detención de los autores de aquella agresión a un funcionario público, ocurrida en las dependencias del Ministerio de Defensa saharaui.
Escribo estas líneas para unirme a las voces que reclaman, a nuestras autoridades, que tomen las medidas más severas para imponer el orden y el respeto debido a los funcionarios públicos.
Estos hechos son deplorables y todos tenemos el deber de denunciarlos.
Origen: En solidaridad con el Fiscal Sidi Brahim