Después de tres semanas de manifestaciones pacíficas organizadas por civiles saharauis en la región de El Guerguerat, en el extremo sur del Sáhara Occidental, donde impidieron el paso de camiones que transportaban los recursos saharauis saqueados hacia países africanos, el ejército marroquí atacó a los manifestantes en la madrugada del 13 de noviembre, rompiendo así un acuerdo de alto el fuego que duró veintinueve años.

El evento comenzó con la subestimación de la reacción del Frente Polisario y un intento de imponer una nueva realidad que obligara a las dos potencias coloniales de la región, España y Francia, a respaldar a Marruecos para resolver el conflicto a su favor, y ejercer presión popular sobre el Frente Polisario para debilitarlo.

¿Por qué El Guerguerat?

Marruecos ha convertido esta área en un punto de paso para sus bienes y productos hacia el mercado africano, como alternativa a los puentes aéreos cuyas perspectivas se redujeron con el colapso de sistemas aliados que solían ser un alivio económico y un fuerte respaldo para controlar a sus células terroristas, que no son más que manos destructoras para justificar la presencia colonial francesa.

Estas transformaciones son una señal de un cambio profundo en la región

De este modo, El Guerguerat se convirtió en una alternativa estratégica para el servidor de los intereses occidentales en la región, a través del cual pasa sus productos, desde cáñamo procesado hasta los recursos saqueados del Sáhara Occidental, para fortalecer su presencia y dominio en la región.

Si bien Francia busca mantener la situación actual y fortalecer la posición de su aliado funcional para garantizar su dominio en el oeste africano, España, ya sea por su élite política de derecha o izquierda, ve en la proximidad de una «estado fallido» una amenaza para su seguridad, estabilidad y debilitamiento económico.

Estas motivaciones han sido durante décadas la base de los enfoques políticos tanto de Francia como de España hacia Marruecos, y ambas han respaldado la postura marroquí con respecto al Sáhara Occidental.

En el contexto de los cambios regionales y las transformaciones

La influencia francesa ha disminuido claramente y ha llevado a cambios significativos en las dinámicas políticas y económicas, ya que cuatro países costeros buscan aliados alternativos (Centro de África, Mali, Burkina Faso y Níger).

Estas transformaciones son una señal de un cambio profundo en la región, indicando un deseo real de independencia y desarrollo sostenible, lejos de la explotación económica que duró décadas.

Estos cambios representan una transición importante en la escena regional y son una señal de un cambio en el corazón de Sahel Áfricano hacia la independencia y el fortalecimiento del desarrollo sostenible.

El lento cambio, aparentemente, es consciente, reflexivo y preciso en la toma de decisiones,  sirve a los intereses de las personas de la nueva élite que se presenta como revolucionaria en una nueva era que rompe con el pasado y establece nuevas políticas que anticipan un futuro brillante para esas naciones, aunque puede parecer una aventura para los «pragmáticos razonables» que temen las montañas y prefieren vivir en agujeros.

Activistas saharauis en El Guerguerat en 2020.

Los valores de liberación en África

La lucha en el Sáhara Occidental tiene un gran impacto en los valores de liberación en África en general. Esta lucha refleja un compromiso con los derechos humanos y la autodeterminación, que fueron fundamentales para los movimientos de liberación previos en el continente africano.

Los saharauis buscan cambiar las posturas de la comunidad internacional

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