Argelia no puede sancionar a la vez a todos aquellos que, de una manera u otra, respaldan la reivindicación marroquí sobre el Sáhara Occidental. Este miércoles ha levantado el castigo económico que impuso a España hace más de dos años, pero 24 horas antes empezó a aplicárselo a Francia.

El anuncio ha sido discreto y algo críptico. Una circular del Banco de Argelia enviada el miércoles a todos los bancos del país señala que «las operaciones de domiciliación bancaria del comercio exterior desde y hacia España deberán ser tratadas de conformidad con la normativa vigente sobre el cambio de divisas».

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En la práctica eso significa, según interpretan fuentes diplomáticas de ambos países, que España ya no es una excepción y vuelve a ser un país normal, como otros socios europeos de Argelia. Francia, un socio comercial más importante que España, pasa ahora, en cambio, a ser discriminado, como señala otra circular cuya existencia reveló en la red social X Xavier Driencourt, que fue embajador francés en Argel durante ocho años y ahora está jubilado.

El escarmiento a España y ahora a Francia obedece a las mismas razones. Argelia aplicó la punición a España dos meses después de que el presidente Pedro Sánchez se alienase, en una carta que envió al rey Mohamed VI el 14 de marzo de 2022, con el plan de autonomía que propugna Rabat para el Sáhara Occidental sorteando el referéndum de autodeterminación pactado en 1991. Extractos de esa misiva fueron desvelados por un comunicado de la Casa Real marroquí.

«Para agradecerle a Francia» su gesto con el Sáhara Occidental «Argelia ha decidido bloquear todas las importaciones y exportaciones a Francia», escribió Xavier Driencourt en X. «Estamos obviamente ciegos», se lamentó el diplomático.

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