El nombramiento de Yaqouta Al-Mukhtar constituye un paso importante para reforzar los esfuerzos del Observatorio en la protección de los recursos naturales del Sáhara Occidental y la defensa de los derechos legítimos del pueblo saharaui garantizados por el derecho internacional, ya que el nuevo coordinador tiene una experiencia considerable en materia de cooperación comunitaria.
El observatorio fue creado en abril de 2013 por iniciativa de un grupo de expertos saharauis y defensores de los derechos humanos y económicos del pueblo saharaui, con el objetivo de monitorear y documentar el agotamiento de los recursos naturales del Sáhara Occidental por parte de Marruecos y monitorear los efectos de este agotamiento en el equilibrio medioambiental de la región.
En los últimos años, el centro ha publicado declaraciones e informes sobre algunos aspectos del expolio marroquí y europeo de los recursos naturales saharauis, y también ha participado en diversas actividades nacionales e internacionales con el mismo fin.
Estos proyectos representan casi la mitad del total de los proyectos ejecutados por Marruecos, con la participación de numerosas empresas multinacionales y países a los que la ocupación marroquí está utilizando todos los medios para implicar económica y políticamente en su aventura colonial en el Sáhara Occidental.
El Sáhara Occidental es un país rico en diversos recursos naturales, el más destacado de los cuales es el fosfato. En la región de Bou Craa se encuentra una de las mayores minas de fosfato del mundo, descubierta en 1947, y que la ocupación marroquí explota para controlar el comercio mundial de este importante material para la agricultura y otras industrias vitales.
Las reservas de esta mina se estiman en unos dos mil millones de toneladas, según fuentes marroquíes, mientras que otras fuentes indican que las reservas alcanzan los 10 mil millones de toneladas, lo que representa el 28,5% de las reservas mundiales. El fosfato de Bou Craa se caracteriza por una pureza de entre el 72% y el 75%, frente a menos del 20%, por ejemplo, del fosfato marroquí en la región de Khouribga, lo que facilita su exportación al extranjero.
Además de los fosfatos, los estudios geológicos indican reservas prometedoras de petróleo y gas en el Sáhara Occidental, especialmente en cuencas sedimentarias como la cuenca del Aaiún-Tarfaya y la cuenca Mauritania-Senegal.
También se descubrieron otros minerales, como el hierro, con reservas estimadas en unos 4.600 millones de toneladas, con porcentajes del metal que oscilan entre el 38% y el 65%. Estos minerales también contienen elementos valiosos como el titanio y el vanadio, que se utilizan en la industria aeroespacial y electrónica.
Además, los recursos marinos del Sáhara Occidental están siendo fuertemente saqueados por Marruecos, con un apoyo significativo de varios países europeos y asiáticos, a pesar del estatus legal del territorio como país militarmente ocupado, cuyo derecho internacional prohíbe la inversión o el saqueo de sus riquezas por parte del Estado ocupante.
Las costas del territorio se encuentran entre las zonas más ricas en peces del mundo, ya que están repletas de más de 200 especies de organismos marinos, principalmente sardinas y pulpos, lo que las convierte en un recurso económico vital.
Empresas marroquíes y europeas explotan esta riqueza de forma peligrosa para el medio marino a través de acuerdos pesqueros controvertidos, como los acuerdos de asociación entre Marruecos y la Unión Europea, que incluyen las aguas territoriales del Sáhara Occidental, a pesar de que el Tribunal de Justicia Europeo ha emitió decisiones afirmando que incluir estos recursos en los acuerdos es ilegal debido a la condición del territorio como país ocupado.
El volumen de riqueza marina explotada se estima en cientos de miles de toneladas anuales, lo que conduce al agotamiento de estos recursos en detrimento del pueblo saharaui, que se ve privado de beneficiarse de ellos debido a la actual ocupación.