Los derechos políticos y sociales deben prevalecer sobre los intereses económicos de quienes saquean arena, petróleo, pescado y fosfatos.
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Entre los días 9 y 16 de enero de este 2025, una delegación institucional se desplazó a los campamentos de Tinduf con motivo del 30º aniversario de los primeros hermanamientos entre los ayuntamientos asturianos y las wilayas; marco que no solamente simboliza la ayuda humanitaria del pueblo asturiano con el saharaui, sino que manifiesta una alianza cultural que es políticamente estratégica para la causa internacionalista. El viaje estuvo organizado por la Asociación de Solidaridad Asturiana con el Pueblo Saharaui, en colaboración con la Federación Asturiana de Concejos (FACC), y la delegación estaba formada por Beatriz Coto, directora de la Agencia Asturiana de Cooperación, Cecilia Pérez, presidenta de la FACC, diputados de la Junta General del Principado de Asturias, cargos públicos de diversos ayuntamientos (Avilés, Belmonte de Miranda, Carreño, Castrillón, Mieres, Morcín y Gijón), representantes de los sindicatos CCOO y UGT, y quien esto escribe, como director general de Agenda 2030 del Gobierno de Asturias. Estuvimos además acompañados por Alberto Suárez, presidente de la mencionada asociación, y Salamu Hamudi, de la representación saharaui en España. El compromiso de nuestra comunidad con el pueblo saharaui es patente. Los proyectos financiados por Asturias a lo largo de estas tres décadas han contribuido significativamente a mejorar las condiciones de vida en los campamentos de refugiados, en ámbitos como la educación, la salud, la vivienda, la seguridad alimentaria o el desarrollo comunitario.
Actualmente asistimos a una agudización de la conflictividad a nivel global, con el creciente recurso de métodos violentos en la dialéctica entre modelos geopolíticos e ideológicos por el control de poder, y un incremento de la lógica militarista en las relaciones internacionales. Esta visita reafirma la necesidad del cumplimiento universal de los derechos humanos, la protección de la dignidad de todas las personas y pueblos; especialmente de quienes se ven privados del “derecho a tener derechos”, de la parte de quienes no tienen parte. Pone también bajo luz cenital la centralidad de la solidaridad internacional como herramienta imprescindible para construir un futuro mejor. Como expresó en la visita el compañero José Manuel Zapico, secretario general de CCOO de Asturias, “si el capital se organiza a nivel internacional, las trabajadoras y trabajadores también tenemos que hacerlo”.
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