
En declaraciones a la APS, el Sr. Blanco, expulsado por las autoridades marroquíes a principios de marzo, afirmó que Marruecos «teme que su política de represión cotidiana contra los civiles en los territorios saharauis ocupados quede expuesta al mundo».
Destacó que el Majzen no quiere que se revelen sus “graves violaciones” de los derechos humanos, “y es precisamente por eso que prohíbe a observadores, defensores de derechos humanos, sindicalistas y profesionales de los medios de comunicación el acceso a los territorios ocupados”.
David Blanco advirtió sobre la grave escalada de abusos en este territorio ocupado ante la ausencia de un mecanismo de la ONU para supervisar los derechos humanos. También denunció, en el mismo contexto, la represión ejercida por las autoridades del Majzen contra cualquiera que se atreva a criticar, protestar o expresar sus opiniones en redes sociales.
En cuanto a los extranjeros, las autoridades consideran como personas indeseables a cualquiera que se comunique con «activistas saharauis y defensores de los derechos humanos y los expulsan sistemáticamente de las ciudades del Sáhara Occidental».
El Sr. Blanco condenó además «las represalias, torturas, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas que forman parte de la vida cotidiana» en los territorios ocupados.
Por último, el sindicalista reafirmó el rechazo de la organización que representa a la opresión de los pueblos que luchan por su derecho a la autodeterminación, asegurando que seguirá defendiendo la causa saharaui.