
- El objetivo de las autoridades marroquíes es someter a los medios y ponerlos a sus órdenes.
- RSF afirma en la Clasificación Mundial 2025 sobre libertad de prensa que el Sáhara Occidental es una línea roja para los informadores, pero no hace referencia a los periodistas saharauis que cumplen severas condenas en cárceles marroquís.
Alfonso Lafarga.-
Los periodistas independientes marroquíes sufren “presiones constantes y el poder tiene como objetivo someter a los medios y ponerlos a sus órdenes”, según el ultimo informe anual de Reporteros Sin fronteras (RSF), en el que se afirma que el Sáhara Occidental es una línea roja para los informadores, pero no hace referencia a los periodistas saharauis que cumplen severas condenas en cárceles marroquíes.
En la Clasificación Mundial 2025, RSF dice al principio que aunque las agresiones físicas contra los periodistas son el aspecto más visible de las vulneraciónes a la libertad de prensa, las presiones económicas, más insidiosas, también representan un obstáculo de primer orden: “El indicador económico de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa sigue cayendo en 2025 y alcanza un nivel crítico sin precedentes. Como consecuencia, y por primera vez en la historia del ranking, la situación de la libertad de prensa se vuelve `difícil´ a escala mundial”.
En el apartado Marruecos / Sáhara Occidental, RSF dice que el actual gobierno, dirigido por el influyente empresario Aziz Ajanuch, ha reforzado su control sobre el sector de la prensa, sin hacer mención a la situación en la excolonia española, donde no se permite el acceso a la prensa y se persigue a los informadores saharauis, manteniendo a seis en prisión.
El estudio, publicado en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, apunta que el pluralismo de la prensa marroquí “no es más que una fachada, pues los medios no reflejan la diversidad de opiniones políticas que hay en el país”: “Los medios y los periodistas independientes se enfrentan a graves presiones y el derecho a la información es arrollado por una maquinaria de propaganda y desinformación al servicio de la agenda política del poder y su entorno. Frente a estas presiones, el último medio independiente de Marruecos, el diario Akhbar Al Yaoum ha tirado la toalla y se publicó, por última vez, en abril de 2021. La principal fuente de información de la población es Internet, tanto a través de las redes sociales como de las webs de información”.
Amparo legal teórico
Aunque la Constitución marroquí ampara la libertad de expresión y el derecho a la información, prohíbe toda censura previa y garantiza que una “Alta Autoridad de la Comunicación Audiovisual vele por el respeto de la pluralidad”, y que el nuevo código de la prensa, adoptado en 2016, despenaliza los delitos de prensa, “cualquier publicación considerada crítica puede ser objeto de demandas judiciales basadas en el código penal”. “Esta falta de garantías legales para la libertad de expresión y para el periodismo, la escasa independencia de la justicia y el aumento de procesos contra los periodistas llevan a los profesionales de la información a autocensurarse”, advierte.
Sobre el contexto económico, RSF señala que los medios de comunicación independientes, cada vez más escasos, sufren para tener una estabilidad financiera que les permita desarrollarse. Apunta que “los afines al poder se benefician de mayor estabilidad, pues acceden a recursos financieros con mayor facilidad”.
En lo que se refiere al contexto sociocultural considera que “la sociedad marroquí se informa a través de la prensa independiente, sin por ello estar comprometida en su defensa” y que “la desinformación reinante se ve acentuada por la tendencia a un periodismo sensacionalista que no respeta la vida privada y degrada, en general, la imagen de la mujer”.
RSF denuncia que en los últimos años asuntos completamente inventados relacionados con la moral, “como acusaciones de violación, trata de personas, adulterio o la práctica ilegal del aborto” se han utilizado contra los periodistas independientes y en los procesos que siguen a estas acusaciones se acompañan de campañas de calumnias orquestadas por los medios progubernamentales.
“Las recientes liberaciones de periodistas, entre ellos Taoufik Bouachrine, Omar Radi y Soulaimane Raissouni, mediante un indulto real del 30 de julio de 2024, han generado cierta esperanza. Sin embargo, a medida que se acercan las elecciones de 2026, aumenta la presión sobre los periodistas críticos. El primer ministro utiliza sus poderes para cercenar a la prensa, mientras que el ministro de Justicia, Abdellatif Ouahbi, ha intensificado este año los procesos judiciales contra profesionales de la información”, concluye Reporteros Sin Fronteras.
RSF no informa de los seis periodistas saharauis que están en cárceles marroquís
En la Clasificación Mundial 2025 RSF dice que actualmente hay un periodista marroquí detenido, pero no cita los seis profesionales de la información saharauis que cumplen condenas en cárceles marroquíes, la mayoría a más de 1.000 kilómetros de sus familias, en el Sáhara Occidental, un territorio no autónomo pendiente de descolonización ocupado por Marruecos desde finales de 1975 tras ser abandonado por España.
Los periodistas saharuis presos son Abdalahi Lekhfauni, condenado a cadena perpetua, de Equipe Media; Hassan Dah, (25 años de cárcel), de RASD Tv y Radio; Mohamed Lamin Haddi (25 años), de RASD Tv y Radio; El Bachir Khada (20 años), de EM; Khatri Dadda (20 años), de Salwan Media y Mahmud Khambir (10 años), de Smara News.
Yahdih Essabi, director de Gargarat Media, salió de la cárcel el 28 de mayo de 2023 tras cumplir una condena de dos años. Cuando se dirigía a su casa, en un puesto de control la policía le atacó, pegó a su hermano, amenazó a la familia y después impidió que los saharauis le visitasen.
Varios de estos presos han realizado huelgas de hambre para denunciar las extremas condiciones de encarcelamiento, la tortura y malos tratos que padecen y reclamar que se les lleve a centros penitenciarios en el Sáhara Occidental, cerca de sus familias.
Aunque la organización central de Reporteros Sin Fronteras, con sede en Paris, no hace referencia en sus informes anuales a los periodistas saharauis, en junio de 2019 la sección española de RSF presentó un detallado estudio sobre la libertad de prensa en el Sáhara Occidental, territorio que definió como “uno de los lugares más áridos del mundo para la información y el periodismo”. Denunció la persecución que sufren los periodistas saharauis por parte de las autoridades del régimen marroquí, que maneja con “mano de hierro” la información en el Sáhara Occidental, castiga “de forma implacable” el ejercicio del periodismo local y bloquea el acceso de los medios extranjeros.
Marruecos, que ha subido ligeramente en la Clasificación de 2025, pasando del puesto 129 al 120 en una clasificación de 180 países que encabeza Noruega, permanece en el último tercio del ranking “por ataques recurrentes contra la independencia de los medios”. En lo que va de año, ha expulsado del Sáhara Occidental a siete periodistas, cinco de ellos españoles.