Esto ocurrió durante los debates y las respuestas a las declaraciones formuladas en el Seminario Regional del Pacífico organizado por el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas (C-24) en Dili, la capital de Timor Oriental.
Durante su intervención, el representante del Estado ocupante marroquí repitió una serie de afirmaciones falsas, incluida la afirmación de que la cuestión del Sáhara Occidental había sido «resuelta» por el Acuerdo de Madrid de 1975, seguida de conversaciones sobre llamados «proyectos de desarrollo» en los territorios saharauis ocupados.
En su réplica, el diplomático saharaui planteó una serie de preguntas puntuales:
Si las afirmaciones del representante marroquí fueran ciertas, ¿por qué la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó enérgicamente la continua ocupación del Sáhara Occidental por Marruecos en sus resoluciones 34/37 (1979) y 35/19 (1980)?
¿Por qué la Asamblea General y sus órganos subsidiarios —así como el Consejo de Seguridad— siguen tratando el Sáhara Occidental como una cuestión de descolonización (en el caso de la Asamblea General) y una cuestión de paz y seguridad (en el caso del Consejo de Seguridad)?
¿Por qué el Consejo de Seguridad creó en 1991 la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) para celebrar un referéndum que permitiera al pueblo saharaui ejercer su derecho a la autodeterminación y elegir entre la independencia o la integración con el Estado ocupante?
El diplomático saharaui destacó especialmente que los ciudadanos saharauis en los territorios ocupados no sólo sufren las más atroces violaciones de derechos humanos, sino que también enfrentan la supresión de su identidad y patrimonio cultural, junto con políticas sistemáticas de empobrecimiento forzado, subyugación económica y borrado histórico y cultural.