17 de junio: 55 años del grito de Zemla, la intifada que prendió la llama del nacionalismo saharaui – del blog EL SÁHARA OCCIDENTAL de Lluís Rodríguez Capdevilla

17 de junio: 55 años del grito de Zemla, la intifada que prendió la llama del nacionalismo saharaui – del blog EL SÁHARA OCCIDENTAL de Lluís Rodríguez Capdevilla

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Este 17 de junio, se cumplen 55 años de la brutal represión que, en 1970, el ejército colonial de Franco ejerció contra una concentración pacífica en El Aaiún, capital del entonces Sáhara español. La manifestación había sido convocada por la OALS, la Organización de Avanzada para la Liberación del Sáhara. En aquella protesta, un número indeterminado de saharauis murieron y muchos otros resultaron heridos. Las autoridades españolas no escatimaron en medios para la represión que vino después y su líder, Basiri, desapareció tras ser detenido e interrogado por las autoridades españolas durante cerca de un mes. Nunca más se supo de él, aunque se dice que ahí debe estar, enterrado en alguna duna en las afueras de El Aaiún sin que, a día de hoy, más de medio siglo después, ninguna investigación oficial haya aclarado su destino final.

La España colonial consiguió terminar con la organización que lideró Basiri, pero lejos de desaparecer el espíritu de resistencia que había encarnado, este sirvió como embrión para la fundación del Frente Polisario, que recogería su legado para continuar la lucha por la liberación del pueblo saharaui.

 
 

Tras el ingreso de España en las Naciones Unidas en 1955 y su negativa a considerar el Sáhara español como una colonia por miedo a perder el territorio teniendo en cuenta la dinámica descolonizadora de entonces de la propia ONU, algunas tribus saharauis habían ido perdiendo la confianza en el Estado español como potencia colonial y, en consecuencia, habían ido engrosando las filas del Ejército de Liberación, un frente de liberación nacional a nivel regional que pretendía la expulsión completa de los franceses de todo el Magreb, aunque pronto los saharauis llegarían a constituir su propia marca: el Ejército de Liberación Saharaui (ELS).

Sin embargo, cuando, en 1957, fueron atacados simultáneamente Ifni y otros enclaves en el Sáhara español, España reaccionó ante esta importante ofensiva del ELS sellando un acuerdo con Francia para llevar a cabo, en 1958, la Operación Ouragan (Huracán), más tarde denominada Écouvillon-Teide, una serie de operaciones militares conjuntas entre españoles y franceses contra las milicias de los movimientos de liberación nacional tanto en el Sáhara español como en los países vecinos. Las fuerzas hispano-francesas consiguieron hacerse con toda la región en un par de semanas.

Tras la derrota, el Ejército de Liberación Saharaui se descompuso y sus miembros volvieron todos a su vida nómada sin otros propósitos que, como habían hecho siempre, perseguir las nubes y el camino que sus lluvias les marcaban para sus ganados[1]. Los siguientes, fueron unos años de relativa calma, aunque acabaron siendo muy duros porque una gran sequía azotó la región condicionando negativamente su forma de vida tradicional. Pero a nivel internacional, fueron unos años de gran esperanza para los pueblos que vivían sometidos al yugo colonial. El proceso de descolonización en África se aceleró en buena parte gracias a que, en 1960, las Naciones Unidas aprobaron una resolución que tenía como objeto principal declarar, por primera vez, que todos los pueblos sometidos a dominación colonial tienen el derecho a la libre determinación. A aquel año, se le llamó el año de África.

La Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales fue aprobada por la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1960 y, entre otros puntos, los dos primeros establecían lo siguiente:

  1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales.
  2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.

En el Magreb, ya se habían independizado Túnez y Marruecos en 1956 y, en la década de 1960, otros países de la región irían viendo cumplido su sueño de la independencia, como Argelia, que consigue poner fin a la colonia en 1962 después de una cruenta guerra. Los saharauis, en cambio, no solo contemplaban cómo sus pueblos vecinos iban conformándose como Estados, sino que conocieron que algunos de ellos reclamaban el Sáhara Occidental como propio. De hecho, parte del territorio saharaui ya había sido anexionado a algún país vecino, como la zona de Tarfaya, entregada por España a Marruecos en 1958.

Fue a partir de entonces cuando surgen algunas voces saharauis que se preguntan por qué el Sáhara Occidental no deviene también en un Estado independiente tal y como lo habían ido haciendo todos los países a su alrededor. En las altas instancias internacionales, también se ejercía presión y, el 16 de diciembre de 1965, las Naciones Unidas aprueban la Resolución 2072 (XX) en la que se reclama directamente a España que tomase “inmediatamente las medidas para la liberación de la dominación colonial de los territorios” del Sáhara español e Ifni.

Marruecos y Mauritania, por su parte, también reivindicaron como propio el Sáhara Occidental ante el IV Comité de la ONU, el de Política Especial y de Descolonización, y esto obligó al Gobierno español a mover ficha. El régimen de Franco reaccionó promoviendo un acuerdo con los chiuj[2] de las tribus saharauis para que estos firmaran, en marzo de 1966, unos documentos con los que los saharauis manifestaban su deseo de seguir con España. Este acuerdo fue ratificado en el mes de octubre por el 90% de los saharauis varones mayores de edad y llevado ante la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, por una delegación saharaui. A pesar de que estos documentos se presentaron ante el IV Comité de Descolonización, las Naciones Unidas aprobaron la resolución 2229 (XXI), de 20 de diciembre de ese año, con la cual reafirmaron expresamente “el derecho inalienable de los pueblos de Ifni y el Sáhara Español a la libre determinación” y se invitaba a España a que celebrase un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.

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