Cada verano, miles de familias europeas abren sus hogares a niños y niñas procedentes de los campamentos de Vacaciones en Paz: una red de solidaridad que abre puertas y corazones a los niños saharauis
Cada verano, miles de familias europeas abren sus hogares a niños y niñas procedentes de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en el suroeste argelino. Lo hacen a través del programa Vacaciones en Paz o su equivalente local, Pequeños Embajadores Saharauis de la Paz, una iniciativa con más de tres décadas de historia que combina el humanitarismo con la denuncia política. No se trata únicamente de ofrecer un respiro a estos menores, sino de tender puentes entre culturas, de hacer visible una causa silenciada y de reafirmar el compromiso internacional con el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Más que vacaciones: una experiencia transformadora
Los niños y niñas saharauis que participan en estos programas no son huérfanos ni están desamparados: tienen familias que los quieren, comunidades cohesionadas y un profundo sentido de identidad. Pero vivir en condiciones extremas bajo el sol del desierto limita su acceso a oportunidades básicas como atención médica, formación cultural y descanso. Las Vacaciones en Paz les permiten precisamente eso: abrir una ventana al mundo, vivir experiencias nuevas y ser escuchados.
Para las familias de acogida, es una vivencia profundamente humana. Para las instituciones, una forma de posicionarse con dignidad frente a una injusticia silenciada. Y para el movimiento solidario internacional, un recordatorio de que la causa saharaui sigue viva y necesita aliados comprometidos.
Vacaciones en Paz no es una pausa: es un acto de resistencia en clave de ternura. Una red tejida por cientos de personas que creen que un mundo más justo empieza por gestos pequeños… pero cargados de significado.
Este año, el proyecto ha vuelto a desplegarse en distintos rincones de Europa. Recogemos a continuación siete ejemplos recientes que ilustran tanto su dimensión humana como su impacto político y simbólico:
1. Barberino Tavarnelle (Italia): educación para la paz y compromiso institucional
El 24 de julio, el municipio toscano de Barberino Tavarnelle acogió con entusiasmo a los Pequeños Embajadores de la Paz. En un acto celebrado en el ARCI Circolo La Rampa, el alcalde David Baroncelli reafirmó el apoyo de la comunidad local a la causa saharaui. El evento, organizado junto a la asociación Comité Selma 2.0, incluyó discursos, una cálida recepción y un mensaje institucional:
“Acompañamos a los pequeños saharauis en el difícil camino de su pueblo hacia la libertad. Estamos con vosotros, pequeños, y siempre en defensa de la libertad”.

2. Santander (España): solidaridad en las instituciones y en la calle
En Cantabria, la jornada del 29 de julio estará marcada por una doble recepción institucional en el Parlamento de Cantabria y en el Ayuntamiento de Santander. Ambas ceremonias contarán con representantes del Intergrupo Parlamentario “Paz para el Pueblo Saharaui”, así como de organizaciones sociales que promueven el programa. El día culminará con una concentración ciudadana en la Plaza del Ayuntamiento.
3. Gonfreville l’Orcher (Francia): hermanamiento y resistencia compartida
El 27 de julio, la ciudad francesa de Gonfreville l’Orcher celebró una recepción oficial a niños saharauis acogidos por familias locales. Se izó la bandera saharaui en el ayuntamiento, con la presencia del alcalde Alban Bruneau, el diputado Jean-Paul Lecoq y el representante del Frente Polisario en Francia. La ciudad mantiene desde hace 32 años un hermanamiento con la daira de Jreifiya.
4. Fabbrico (Italia): el rostro joven de la esperanza
El 26 de julio, el municipio de Fabbrico (Reggio Emilia) acogió a una delegación de menores saharauis organizada por la asociación JaimaSahrawi. El alcalde Roberto Ferrari destacó que los niños son “el rostro de la esperanza” y recordó el compromiso continuado de la región con la causa saharaui.
5. Castelnuovo di Porto (Italia): un gesto de humanidad y coherencia política
El 24 y 25 de julio, Castelnuovo di Porto, en el Lacio, recibió oficialmente a menores saharauis. El vicealcalde Gino Guadagnoli destacó el compromiso municipal y el apoyo de la asociación Giro Mondo. Se reafirmó la importancia de mantener estos programas humanitarios como expresión de solidaridad internacional.
6. Tenerife (España): solidaridad en las calles y denuncia política
El 28 de julio, en La Laguna (Tenerife), se realizó una marcha solidaria bajo el lema: “Por un Sáhara Occidental libre y en paz. ¡Y por una infancia libre!”. Convocada por ACAPS y CEAS Sáhara, la movilización coincidió con la llegada de nuevos menores a las islas. Se denunció la complicidad del Gobierno español, se exigió el respeto al derecho de autodeterminación y la liberación de los presos políticos saharauis.
7. València (España): acogida, aprendizaje y vínculos que perduran
En la ciudad de València, 6 niños y 2 niñas saharauis pasan este verano con familias de acogida gracias al programa Vacances en Pau, gestionado por la asociación Al-Adala desde 2020. El acto de bienvenida se realizó en el Ayuntamiento, con la presencia de la concejala de Servicios Sociales, Marta Torrado, y la presidenta de Al-Adala, Sarai Vicente Martínez.
El Ayuntamiento ha firmado un convenio de colaboración con Al-Adala por un total de 15.000 euros anuales para garantizar la continuidad del programa. Este proyecto no solo ofrece descanso y cuidados, sino también experiencias de aprendizaje, atención sanitaria y convivencia, convirtiendo a València en un referente de compromiso con la justicia global.
PLATAFORMA «No te olvides del Sahara occidental»