Por Kamel M. – El ministro marroquí de Asuntos Exteriores está a punto de viajar a Francia para recibir una reprimenda. Una visita, según sabemos, que precede a la de su rey Mohammed VI, prevista para el próximo año, aunque en realidad está allí once meses de cada doce. En la agenda de este viaje, solicitado por París, se encuentra el plan de autonomía que Francia pretende imponer a la comunidad internacional para «legalizar» la expansión del expolio de los recursos naturales a los territorios saharauis, tras haber desangrado su protectorado marroquí, cuyo pueblo padece sed y pronto hambruna, dada la catastrófica situación social que prevalece allí.
Al llegar el momento de hacer balance, Emmanuel Macron se da cuenta del grave error que cometió al querer convertir el plan de autonomía francés en su caballo de batalla para, según su ingenua creencia, acelerar la resolución del conflicto saharaui de una manera que beneficiara a los intereses de Francia y, además, a los de Israel. Pero lo que el régimen de Rabat vende como una victoria a su público, atónito por el progresivo empobrecimiento, con las múltiples declaraciones de las capitales europeas que apoyan la nimiedad de la autonomía, ya no engaña a nadie en el propio Marruecos. De hecho, todos los Estados occidentales cuyo territorio pisa Nasser Bourita reiteran su convicción de que solo una solución mutuamente aceptada, negociada por ambas partes en el conflicto en el marco de las resoluciones de las Naciones Unidas, es capaz de poner fin a lo que todas las instituciones internacionales consideran colonización.
¿Qué quiere cambiar París en su plan, estancado desde su elaboración en el Palacio del Elíseo en 2007? Parece que Emmanuel Macron, quien se precipitó en el plan sin considerar las consecuencias perjudiciales que su precipitación provocaría —no esperaba la firme reacción de Argelia—, intentará diluir su contenido, despojándolo finalmente de su esencia y volviendo subrepticiamente al estricto cumplimiento de las resoluciones de la ONU. No le queda otra opción.
Sabremos cuál es la situación tras la citación del ministro de Asuntos Exteriores marroquí a París, pronto, según se ha dicho. El tono empleado en la redacción de la declaración conjunta, aunque obviamente no abandona abruptamente este enfoque, contendrá pistas que arrojarán luz sobre el futuro de este proyecto abortado.
Nos aseguraremos de diseccionarlo leyendo entre líneas, una vez que se haga público.
Origen: Paris fait machine arrière et demande à Rabat de revoir «son» plan d’autonomie – Algérie Patriotique