Macron y Mohamed VI negocian en secreto la reforma de un plan ilegítimo para el Sáhara
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por Victoria G. Corera en el medio digital «No te olvides del Sáhara Occidental», titulado “Francia maniobra para modificar el inútil plan de autonomía marroquí tras el fracaso diplomático en el Sáhara Occidental”, la autora expone una operación política silenciosa pero significativa: el intento del gobierno francés por reformular el cuestionado plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara Occidental, tras el colapso de su estrategia diplomática en la región.
Según mantiene la autora, la visita del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, a París no es un gesto diplomático rutinario, sino una respuesta a una convocatoria expresa de las autoridades francesas. El viaje forma parte de una ofensiva diplomática para modificar un plan de autonomía que, desde su creación en 2007, ha perdido toda credibilidad internacional.
Este plan fue impulsado en su momento por el Palacio del Elíseo y defendido con inusual vehemencia por el presidente Emmanuel Macron, quien hoy se ve obligado a recomponer una política exterior que lo ha llevado a enfrentamientos con actores clave como Argelia.
De acuerdo a lo expresado por Corera, Francia ha llegado a un punto crítico: después de años de respaldar abiertamente la propuesta marroquí como “única solución posible” al conflicto saharaui, ahora se enfrenta al desgaste de esa postura. El artículo recalca que esta política ha ignorado sistemáticamente las resoluciones de la ONU y ha pisoteado el principio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. En ese sentido, la diplomacia francesa no solo se encuentra en retroceso, sino también bajo presión para matizar su posición sin desautorizarse públicamente.
En este marco, según expone la autora, el Elíseo pretende introducir “enmiendas” al texto original del plan marroquí, que permanece inalterado desde hace 18 años. Pero esta revisión no es más que una maniobra para dar apariencia de cambio sin alterar el núcleo del problema: la ocupación ilegal del Sáhara Occidental por parte de Marruecos.
Victoria G. Corera pone en evidencia que, más allá de las apariencias, esta operación de París no implica un replanteamiento real del conflicto. Por el contrario, intenta preservar los intereses coloniales y geoestratégicos de Francia y sus aliados, principalmente Israel, que comparte con Marruecos una creciente alianza político-militar. La autora subraya que Macron no anticipó ni la firmeza del apoyo argelino al pueblo saharaui ni la resistencia de las fuerzas independentistas saharauis, lo que ha derivado en un aislamiento diplomático de Francia respecto a la región magrebí.
El artículo advierte que cualquier intento de modificar el plan marroquí sin contemplar el referéndum de autodeterminación —con todas las opciones abiertas, incluida la independencia— constituye una operación de maquillaje político. No se trata, por tanto, de una voluntad de apertura, sino de un mecanismo para sostener el statu quo y evitar la presión internacional por una solución real al conflicto.
En este contexto, el comentario de Corera sobre la política interna de Marruecos es también revelador. Señala que mientras el régimen alauita presume ante su población de victorias diplomáticas, la realidad cotidiana para la mayoría de los marroquíes es desoladora: pobreza, inflación, represión y falta de libertades. El régimen vende una imagen triunfalista de su plan de autonomía, mientras continúa con el saqueo de los recursos naturales del Sáhara Occidental, beneficiando a una élite corrupta mientras el pueblo marroquí sufre las consecuencias de un sistema autoritario.
La autora subraya que la visita de Bourita no busca consolidar una alianza fuerte entre Marruecos y Francia, sino más bien redefinir una estrategia común que ha quedado en entredicho. Incluso el llamado “partenariado de excepción” entre Macron y Mohamed VI, proclamado con solemnidad en 2024, ha quedado en meras palabras. La realidad, afirma Corera, es que el monarca marroquí mantiene una relación meramente instrumental con Francia, basada en intereses personales más que en una verdadera visión geopolítica.
El artículo concluye con una advertencia clara y urgente: la comunidad internacional, y especialmente quienes defienden los derechos del pueblo saharaui, deben estar atentos ante este nuevo giro diplomático. La revisión del plan de autonomía no debe interpretarse como un signo de apertura, sino como una nueva estrategia de consolidación de la ocupación. Según afirma la autora, cualquier iniciativa que no contemple el derecho a la autodeterminación no es más que “una farsa más al servicio del ocupante”.
En definitiva, el comentario de Victoria G. Corera desmonta con precisión la operación diplomática entre París y Rabat. En vez de representar una oportunidad para avanzar hacia una solución justa, esta maniobra aparece como una tentativa más de reforzar un modelo de dominación, maquillado de reforma, que niega al pueblo saharaui su derecho fundamental: decidir libremente sobre su futuro.
Origen: FRANCIA MAQUILLA EL PLAN MARROQUÍ PARA MANTENER LA OCUPACIÓN DEL SÁHARA OCCIDENTAL