Ginebra, 9 de septiembre de 2025 (SPS) – La sede del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra fue escenario de una conferencia internacional titulada «Cincuenta años de desprecio por el derecho internacional en el Sáhara Occidental: consecuencias y perspectivas». El encuentro se celebró en el marco del 60.º periodo de sesiones del Consejo y fue organizado por el Grupo de Ginebra en Apoyo del Sáhara Occidental, en colaboración con la representación del Frente Polisario en la ciudad suiza.
Este Grupo de Ginebra, compuesto por una treintena de Estados comprometidos con la causa saharaui, se ha consolidado en los últimos años como una de las plataformas diplomáticas más activas en defensa del derecho a la autodeterminación. Sus miembros, en su mayoría africanos, latinoamericanos y asiáticos, actúan como contrapeso frente a las potencias que en el Consejo de Seguridad bloquean una solución justa. El Grupo organiza eventos, difunde informes y mantiene la cuestión saharaui viva en los foros multilaterales, recordando que la descolonización del Sáhara Occidental sigue siendo un mandato pendiente de la comunidad internacional.
La conferencia se inauguró con el discurso del embajador Abdallah Saleh Possi, Representante Permanente de Tanzania en Ginebra y presidente del Grupo de Apoyo, quien recordó que la cuestión saharaui sigue siendo una herida abierta en el continente africano. “Respaldar al pueblo saharaui en su derecho inalienable a la autodeterminación es una obligación política, jurídica y moral”, subrayó. Possi añadió que el silencio internacional no solo prolonga la ocupación, sino que erosiona el sistema multilateral: “Si permitimos que Marruecos imponga por la fuerza un hecho consumado, ¿qué mensaje damos a otros pueblos colonizados o a otras potencias expansionistas?”.
El profesor Mads Andenas, experto en Derecho Internacional de la Universidad de Oslo y ex presidente del Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria, profundizó en las consecuencias de negar el derecho a la libre determinación. Recordó que este derecho es una norma perentoria (jus cogens) del derecho internacional, que no admite derogación ni negociación. Andenas insistió en que la negación de este principio ha convertido al Sáhara Occidental en un laboratorio de violaciones sistemáticas de derechos humanos: detenciones arbitrarias, tortura de activistas, juicios sin garantías y represión de toda expresión de identidad saharaui. “Lo que vemos en El Aaiún o Smara no es diferente de otros escenarios coloniales del siglo XX: un régimen que intenta destruir la personalidad jurídica y cultural de un pueblo”, denunció.
Por su parte, el abogado Manuel Devers, defensor del Frente Polisario ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, repasó los logros judiciales alcanzados en la arena europea. Subrayó que las sentencias del TJUE de 2016, 2018 y 2024 confirman de manera categórica que Marruecos no tiene soberanía ni administración legítima sobre el Sáhara Occidental y que ningún acuerdo de la UE con Rabat puede aplicarse al territorio sin el consentimiento del pueblo saharaui. Devers explicó que estas victorias han sido fruto de una estrategia jurídica paciente, iniciada hace más de 15 años, que ha desmontado el discurso marroquí en las instituciones europeas. “Europa ya no puede alegar ignorancia. Los jueces han hablado y han dicho lo que los Estados callan: que Marruecos es una potencia ocupante y que cualquier explotación de recursos en el Sáhara es ilegal”, recalcó.
El activista Erik Hagen, fundador de Western Sahara Resource Watch, centró su intervención en el saqueo de los recursos naturales. Denunció que Marruecos, con la complicidad de multinacionales extranjeras, expolia fosfatos, pesca, arena y energías renovables sin el consentimiento del pueblo saharaui, en abierta violación del derecho internacional. Hagen detalló que empresas europeas y estadounidenses, amparadas por acuerdos ilegales, se benefician de estos recursos mientras los saharauis viven en la pobreza y el exilio. “Cada saco de fosfato que sale de Bucraa, cada contenedor de pescado de Dajla, lleva consigo el sello de la complicidad internacional”, declaró, llamando a gobiernos y parlamentos a prohibir estas prácticas.
La clausura estuvo a cargo de Oubi Bouchraya Bachir, representante del Frente Polisario en Ginebra y asesor especial en cuestiones jurídicas, quien recordó que este año se cumplen cincuenta años de la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia de 1975. “Medio siglo después, la CIJ sigue siendo clara: Marruecos nunca ha tenido soberanía sobre el Sáhara Occidental. El único titular del derecho a decidir su futuro es el pueblo saharaui”, afirmó. Oubi advirtió que el desgaste de Naciones Unidas es cada vez más evidente: “Si no se resuelve el caso saharaui, se enviará un mensaje devastador de que el derecho internacional es selectivo, y que el colonialismo aún tiene cabida en el siglo XXI”.
Los ponentes coincidieron en señalar que la negligencia internacional ha impuesto un alto costo humano, político y ambiental a los pueblos de la región: represión en los territorios ocupados, saqueo sistemático de recursos, separación de familias por el muro militar de 2.700 kilómetros, minas antipersona que siguen matando, y la prolongación del exilio de más de 200.000 refugiados. Además, advirtieron que el desprecio por las resoluciones de la ONU en el caso saharaui constituye un precedente peligroso que amenaza la paz y la estabilidad regionales, alentando la expansión del neocolonialismo y del autoritarismo en África.
En conclusión, la conferencia de Ginebra sirvió como un aldabonazo contra la inacción. Medio siglo de injusticia no ha apagado la causa saharaui, que hoy se fortalece con el respaldo firme de países africanos, latinoamericanos y movimientos sociales de todo el mundo. El mensaje fue rotundo: el pueblo saharaui no está solo, y la legalidad internacional seguirá siendo su arma más poderosa frente a la ocupación y la represión marroquí.
PLATAFORMA «NO TE OLVIDES DEL SAHARA OCCIDENTAL»