El Partido Popular tiene claro que no va a bajar la marcha en su presión al Ejecutivo que dirige Pedro Sánchez. Además de los ya habituales casos de corrupción y judiciales que rodean al Gobierno y las cesiones a sus socios, los populares ponen el punto de mira ahora en la política exterior. En este caso, al norte de África, una zona siempre importante para los intereses españoles.

Es por ello que el Grupo Popular en el Congreso ha registrado este mismo viernes una batería de preguntas escritas al Gobierno tras cumplirse dos meses del cierre, sin previo aviso, de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos.

Para el PP, este episodio constituye una prueba más del “fracaso” de la diplomacia de Sánchez. Recuerdan que, tras la cumbre hispano-marroquí de 2022, el Ejecutivo presentó como un gran éxito la promesa de “normalización aduanera”. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta: las aduanas no están operativas y la relación bilateral con Rabat sigue sin mostrar avances tangibles.

Mientras tanto, el tejido empresarial de las dos ciudades autónomas sigue pagando las consecuencias económicas de este bloqueo, denuncian los populares, que subrayan además el “silencio” de un Gobierno incapaz de ofrecer soluciones o explicaciones claras.

Las preguntas registradas por el PP no dejan lugar a equívocos y buscan obligar al Ejecutivo a posicionarse:

1- ¿Sigue manteniendo el Gobierno que las aduanas comerciales de Marruecos con Ceuta y Melilla están abiertas?

2- ¿Considera el ministro de Asuntos Exteriores que su política en esta materia ha aportado algún resultado positivo para España?

3- Ante este “nuevo fracaso”, ¿piensa el ministro condecorar a los colaboradores responsables, como ya ha ocurrido en otros asuntos?

Con esta iniciativa, los populares pretenden reforzar su ofensiva contra un Gobierno que, según destacan, acumula frentes abiertos y se encuentra “en caída libre” en su credibilidad. Ceuta y Melilla, dos territorios históricamente sensibles en la relación con Marruecos, se convierten así en un nuevo campo de batalla política en el que el PP no está dispuesto a soltar la presión.

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