La ciudad de Vitoria, capital del País Vasco, acogió un festival cultural organizado por la asociación Desert, integrada por un grupo de jóvenes saharauis, en el parque Arriaga de la ciudad.
El festival se distinguió por la instalación de tres jaimas saharauis que albergaron una exposición fotográfica y un taller con las últimas publicaciones de libros y poesía, en el que participaron escritores y poetas saharauis conocidos en el exilio. También se organizó una sesión de firma de libros de varios autores saharauis. La programación incluyó además una degustación de auténtico té saharaui, la proyección de una película saharaui que refleja aspectos de la historia y el sufrimiento del pueblo saharaui, así como actuaciones musicales que deleitaron al público.
El evento no se limitó al aspecto cultural, sino que también tuvo una dimensión social y patrimonial, al ofrecer platos tradicionales de cuscús saharaui a los visitantes, mostrar algunas costumbres populares y organizar juegos tradicionales, entre ellos el sig, que despertó gran interés, especialmente entre jóvenes y niños.
Al festival asistió el representante del Frente Polisario en el País Vasco, Mohamed Fadel Ahniya, junto a un número importante de solidarios, asociaciones saharauis activas en España, así como simpatizantes extranjeros y miembros de la comunidad saharaui residente en la región.
Este festival constituye un precedente en cuanto a organización y gestión, ya que es el primero de este tipo organizado con ideas y manos saharauis de principio a fin. Refleja que la diáspora saharaui es un actor clave en la defensa de la causa nacional y en su promoción, y demuestra su capacidad para contribuir en distintos ámbitos de la lucha: político, cultural y deportivo.
Las tres jaimas instaladas en Vitoria ofrecieron una bella imagen de las tradiciones y la cultura saharaui, y fueron un mensaje al mundo que confirma la singularidad y autenticidad de la sociedad saharaui, así como su firme apego a una identidad sólida, imposible de borrar o usurpar.