Armas, gas y fosfatos: Rabat busca ganarle la partida a Argelia con ayuda de un lobista próximo a Trump

Armas, gas y fosfatos: Rabat busca ganarle la partida a Argelia con ayuda de un lobista próximo a Trump

 

Armas, gas y fosfatos: Marruecos se aferra a un lobista de Trump para sostener su ocupación del Sáhara Occidental

La diplomacia marroquí vuelve a servirse de lobbies en Washington para apuntalar una ocupación ilegal que carece de legitimidad internacional. Desde que Donald Trump reconoció en 2020 la “soberanía” marroquí sobre el Sáhara Occidental a cambio de la normalización con Israel, Rabat no ha dejado de invertir millones en presión política y contratos opacos. El último movimiento es la contratación de un lobista vinculado directamente al trumpismo, que intenta vender a Marruecos como socio privilegiado de Estados Unidos en el norte de África frente a Argelia.

Sin embargo, tras esta estrategia no hay fortaleza sino dependencia. Marruecos necesita intermediarios extranjeros para sostener su maquinaria militar y diplomática, mientras el derecho internacional –desde la ONU hasta el Tribunal de Justicia de la UE– sigue confirmando que el Sáhara Occidental es un territorio pendiente de descolonización. Los contratos de armas y las maniobras de lobby no borran esa realidad: la ocupación marroquí sigue siendo ilegal.


Traducción del artículo de Africa Confidential (22/08/2025)

Armas, gas y fertilizantes – Rabat se aferra a un lobista vinculado a Trump

Después de reconocer a Israel a cambio del respaldo de Estados Unidos en la cuestión del Sáhara Occidental, Marruecos busca ahora maximizar sus beneficios comerciales. Rabat compite con Egipto para convertirse en el principal aliado del presidente Donald J. Trump en el norte de África, reforzando sus vínculos de seguridad con Israel y negociando suministros de armas y financiación para gasoductos. Este movimiento desplaza a su vecino y rival, Argelia, que mantiene contratos de gas y acuerdos de seguridad con empresas estadounidenses.

Para consolidar su posición, Rabat ha contratado a la firma Scribe Strategies, cercana al Partido Republicano, como nuevo grupo de presión. Su director, Joseph Szlavik, se ha convertido en un enlace clave con la administración Trump. El contrato con Marruecos asciende a 765.000 dólares en el primer año. Scribe ya ha trabajado con Sudán del Sur, Congo-Kinshasa y Costa de Marfil desde la toma de posesión de Trump en enero. La misión oficial: “proporcionar representación en asuntos gubernamentales y servicios de consultoría estratégica” sobre las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Marruecos.

Más allá de este contrato, existen acuerdos directos entre Rabat y Washington. Marruecos negocia la compra de hasta 600 misiles FIM-92K Stinger Block I por valor de 825 millones de dólares, con el objetivo de modernizar su defensa antiaérea de corto alcance. También busca renovar su aviación de transporte, sustituyendo 14 C-130H Hercules y dos aviones cisterna KC-130H que se acercan al final de su vida útil. El contrato, valorado en unos 600 millones de dólares, enfrenta a la brasileña Embraer, que propone su KC-390 Millennium, contra la estadounidense Lockheed Martin, que ofrece el C-130J Super Hercules.

El refuerzo de las ventas de armas supone un giro respecto a la cautela de la administración Biden. Aunque Biden mantuvo el reconocimiento de Trump sobre el Sáhara Occidental, en el Congreso demócrata se advirtió que las armas estadounidenses podían ser utilizadas contra el pueblo saharaui. Pese a esas reservas, el lobby de Rabat en Washington ha dado sus frutos.

El primer mandato de Trump supuso un golpe diplomático al reconocer la “soberanía marroquí” sobre el Sáhara Occidental como quid pro quo por el reconocimiento marroquí de Israel a finales de 2020. Desde entonces, Francia, Reino Unido, España y algunos países africanos como Ghana y Kenia se alinearon con el plan de autonomía marroquí. Sin embargo, Nigeria y Sudáfrica mantienen el apoyo a la posición de la Unión Africana, que respalda la organización de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.

Más pruebas de la preferencia de Trump por Marruecos aparecieron en agosto de 2025, cuando Washington impuso aranceles del 10% a las exportaciones marroquíes, el nivel más bajo aplicado en la región. En contraste, Argelia sufrió aranceles del 30% y Túnez del 28%. Ese mismo mes, Trump declaró al rey Mohamed VI: “Estados Unidos reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y apoya la propuesta de autonomía seria, creíble y realista de Marruecos como la única base para una solución justa y duradera del conflicto”.


Conclusión

El artículo de Africa Confidential confirma que Marruecos necesita del lobby estadounidense y de contratos multimillonarios en armas para sostener su posición en el Sáhara Occidental. No hay avances diplomáticos reales: solo maniobras de presión política, favores personales y dependencia de las potencias extranjeras. Frente a ello, el pueblo saharaui mantiene la legitimidad de su lucha, respaldada por la legalidad internacional y por la solidaridad de África y de buena parte del mundo.

Origen: Arms, gas and fertiliser – Rabat outflanks Algiers with a Trump-linked lobbyist