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El FRENTE POLISARIO vuelve a poner a Europa frente a su contradicción

El Frente POLISARIO ha vuelto a poner a la Unión Europea ante sus propias contradicciones al rechazar con firmeza el nuevo acuerdo comercial con Marruecos, que extiende las preferencias arancelarias a los productos del Sáhara Occidental ocupado. En un comunicado difundido desde Bir Lehlu, el movimiento saharaui denunció que este pacto viola el derecho internacional y desobedece abiertamente las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que reconocieron al Sáhara Occidental como un territorio distinto y al Frente POLISARIO como su único representante legítimo. Bruselas reincide así en la ilegalidad, optando por proteger los intereses económicos del ocupante en lugar de respetar la legalidad internacional.

Mientras tanto, la Cuarta Comisión de la Asamblea General de la ONU ha iniciado su nuevo periodo de sesiones, que se prolongará hasta el 19 de noviembre, con el Sáhara Occidental en el centro de la agenda de descolonización. Durante las audiencias de peticionarios previstas entre el 7 y el 13 de octubre, está previsto que se escuchen las intervenciones del Frente POLISARIO y de organizaciones solidarias, reafirmando ante la comunidad internacional que el proceso de descolonización del territorio sigue inconcluso. El representante saharaui ante la ONU, Sidi Mohamed Omar, se reunió además con la vicesecretaria general de Naciones Unidas, insistiendo en la urgencia de desbloquear el referéndum de autodeterminación y de garantizar la supervisión internacional de los derechos humanos en el territorio ocupado.

En paralelo, continúan las movilizaciones en Marruecos, donde la llamada #GENZ212 —una generación de jóvenes que reclama sanidad, educación y trabajo digno— mantiene su desafío al régimen alauí. La represión de estas protestas ha sido calificada de “brutal” por varias organizaciones de derechos humanos y medios internacionales, que destacan la muerte de varios manifestantes atropellados por la gendarmería. Los observadores coinciden en que la explosión social es reflejo de un sistema político sustentado en la violencia y en el expolio de los recursos, el mismo que oprime al pueblo saharaui desde hace medio siglo bajo ocupación.

En el ámbito diplomático, el ministro de Asuntos Exteriores saharaui ha condenado los intentos europeos de eludir las decisiones judiciales y ha recordado que el respeto al Derecho Internacional no puede supeditarse a intereses económicos. Al mismo tiempo, se refuerzan los lazos de cooperación entre la juventud saharaui y española, mientras desde Madrid y Castilla y León diversas organizaciones y representantes políticos denuncian la impunidad del régimen marroquí. En un contexto de creciente inestabilidad, la voz del pueblo saharaui se escucha con más fuerza que nunca en los foros internacionales, defendiendo su derecho inalienable a la autodeterminación y a la libertad.