El artículo publicado por Africa Intelligence el 8 de octubre de 2025 revela un intenso trabajo diplomático entre Rabat, Washington, París y Londres para preparar el terreno antes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU del 30 de octubre, en la que se votará la renovación del mandato de la MINURSO. Según la investigación, Marruecos ha reactivado su viejo plan de autonomía —presentado originalmente en 2007— con una versión revisada que introduce la noción de “consulta referendaria”, intentando aparentar una fórmula democrática sin ofrecer una verdadera autodeterminación. La nueva versión del plan define competencias limitadas para el territorio en educación y sanidad, e incluso pretende incorporar a los refugiados saharauis de Tinduf bajo soberanía marroquí.
El texto detalla que el Reino Unido y Francia desempeñan un papel clave en la redacción de esta nueva propuesta. Londres ha contratado al especialista Christopher Thornton, del Centre for Humanitarian Dialogue, para asesorar a Rabat, mientras que París —tras la visita de Macron en 2024— impulsa la redacción de una resolución de la ONU alineada con los intereses marroquíes. Ambos países trabajan en coordinación con el Departamento de Estado de EE. UU., donde la oficina dirigida por Mora Namdar prepara el borrador de resolución bajo la supervisión del secretario de Estado Marco Rubio. Washington aún no ha decidido si impulsará una renovación técnica de la MINURSO o si intentará transformarla en una misión política que entierre definitivamente la vía del referéndum.
La maniobra diplomática incluye, además, intensos contactos informales entre Marruecos y Argelia, mediadas en algunos casos por figuras académicas vinculadas al Policy Center for the New South, el think tank del grupo OCP. En este tablero, Staffan de Mistura, enviado personal del Secretario General de la ONU, juega un papel ambiguo como intermediario: en apenas tres semanas se ha reunido con representantes de Marruecos, Argelia, Rusia y el Frente Polisario. Según Africa Intelligence, el diplomático italo-sueco mantiene un canal directo con el consejero de Trump para África, Massad Boulos, lo que demuestra hasta qué punto la cuestión saharaui se mueve también en las sombras de la geopolítica estadounidense.
La posición de Rusia se perfila como decisiva. Moscú, aliado estratégico de Argel, dispone del derecho de veto en el Consejo de Seguridad y podría bloquear una resolución redactada en términos favorables a Marruecos. Por eso, la diplomacia marroquí, respaldada por Francia y EE. UU., intenta calibrar cuidadosamente las “concesiones” que podrían ofrecerse a Argelia: la liberación de presos saharauis, el restablecimiento del programa de visitas familiares supervisado por ACNUR, e incluso un eventual reconocimiento de la intangibilidad de las fronteras argelinas.
El artículo concluye que las negociaciones previas al voto de la ONU forman parte de una estrategia más amplia de Marruecos y sus aliados para redefinir el conflicto del Sáhara Occidental fuera del marco de la descolonización, transformándolo en una simple cuestión administrativa o de autonomía regional. Bajo una apariencia técnica y diplomática, la operación busca consagrar la ocupación marroquí con el aval de las potencias occidentales. La cita del 30 de octubre será, por tanto, un momento clave para medir hasta qué punto la comunidad internacional está dispuesta a seguir sacrificando el derecho internacional y la autodeterminación del pueblo saharaui en nombre de los intereses estratégicos y comerciales.
L’Événement | Algérie, Maroc
Sahara occidental : ultimes tractations avant un vote décisif à l’ONU
(Traducción literal del artículo de Alexia Van Rij publicado en Africa Intelligence, 8 de octubre de 2025)
Más esperada que nunca, la reunión del 30 de octubre sobre la renovación de la misión de las Naciones Unidas en el territorio disputado ha provocado numerosas y discretas negociaciones previas.
En los últimos días, los equipos del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, han esbozado el primer borrador del nuevo plan de autonomía para el Sáhara Occidental (AI del 31/10/24). Mantenida en secreto, esta versión actualizada del plan presentado en 2007 tiene en cuenta la división territorial vigente desde 2015, al tiempo que desarrolla la noción de “consulta referendaria” y especifica el grado de autonomía que tendría la región en materia de educación y sanidad. El destino de los refugiados saharauis en Tinduf, en el este de Argelia, así como los aspectos de seguridad vinculados a una posible integración oficial del Sáhara Occidental en el territorio marroquí, también deben precisarse.
En la redacción de este nuevo proyecto, Rabat cuenta con el amplio apoyo de la diplomacia británica, que incluso ha contratado a un experto en resolución de conflictos en el norte de África, Christopher Thornton, para acompañar el proceso. Con sede en Ginebra, este consultor trabaja desde 2011 en el Centre for Humanitarian Dialogue (CHD), donde estuvo a cargo de los expedientes norteafricanos entre 2013 y 2018.
Por su parte, y en particular desde la visita del presidente francés Emmanuel Macron a Marruecos en 2024, París también ha asesorado a Rabat en la revisión de su plan de autonomía y en la preparación de una nueva resolución de la ONU (AI del 16/09/25).
Paralelamente, la Oficina de Asuntos del Cercano Oriente del Departamento de Estado estadounidense, dirigida por Mora Namdar, trabaja en la redacción de una resolución sobre la renovación de la misión de la ONU para el referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). Muy solicitada por el conflicto de Gaza, la diplomacia estadounidense —bajo la supervisión del secretario de Estado Marco Rubio— aún no ha decidido la versión final del texto, ni ha resuelto si se tratará de crear una nueva misión puramente política o de renovar técnicamente la MINURSO.
La resolución se presentará el 30 de octubre ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Hasta entonces, el objetivo de Rabat es evaluar la aceptación de su nuevo plan de autonomía por parte del Frente Polisario y de Argelia, principal apoyo del movimiento independentista saharaui (AI del 21/08/25).
Algunos canales académicos discretos se están utilizando para los contactos indirectos entre ambos países vecinos, en torno a figuras próximas a Mohammed Loulichki, exrepresentante permanente de Marruecos ante la ONU y actualmente investigador en el Policy Center for the New South (PCNS, Grupo OCP) (AI del 25/07/25).
Staffan de Mistura actúa como mediador
La diplomacia marroquí también utiliza dos canales indirectos: Washington, representado por Massad Boulos, consejero para África del presidente Donald Trump, y Staffan de Mistura, coordinador jefe de la MINURSO. A comienzos de septiembre, De Mistura se reunió con Boulos en Nueva York, pocos días antes de mantener una discreta entrevista en París con el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, ciudad donde reside habitualmente el enviado de la ONU (AI del 16/09/25).
A mediados de septiembre, durante una visita a Argel, De Mistura se reunió con el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ahmed Attaf, antes de viajar a Moscú para entrevistarse con Sergey Vershinin, número dos de la diplomacia rusa, y luego a Tinduf, donde se encontró con funcionarios del Frente Polisario. Todas las partes implicadas en el expediente saharaui siguen con atención la posición de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y, por tanto, con derecho de veto sobre cualquier resolución relacionada con el territorio. Su proximidad a Argel podría jugar en contra de Marruecos.
Finalmente, el 23 de septiembre, en Nueva York, al margen de la 80ª Asamblea General de la ONU, el diplomático italo-sueco mantuvo un nuevo encuentro con Nasser Bourita, y posteriormente con Ahmed Attaf. Este 10 de octubre, Staffan de Mistura presentará ante el Consejo de Seguridad un informe sobre el estado de las negociaciones.
Intangibilidad de las fronteras argelinas
La adopción de una resolución favorable a la propuesta marroquí sobre el Sáhara Occidental dependerá en parte de las garantías ofrecidas a Argelia por el presidente Abdelmadjid Tebboune. Si bien el nuevo plan de autonomía marroquí no incluye directamente tales concesiones, Washington se encarga de gestionar la correlación de fuerzas con el rival argelino, en una aproximación por ahora conciliadora.
París, por su parte, presiona a Rabat para que dé un gesto hacia Argel. Entre las concesiones discutidas entre bastidores figuran la liberación de presos saharauis, la posible reactivación del programa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sobre las visitas familiares entre Tinduf y el Sáhara Occidental, y el reconocimiento por parte de Marruecos de la intangibilidad de las fronteras argelinas. Este último punto está vinculado a la reciente condena del escritor franco-argelino Boualem Sansal, el 1 de julio de 2025, por insinuar que una parte del oeste argelino pertenecía al territorio marroquí antes de la colonización francesa.
Fuente: Africa Intelligence – “Sahara occidental: ultimes tractations avant un vote décisif à l’ONU”, Alexia Van Rij, 8 octobre 2025.