Argel, agosto de 2025 — La diplomacia europea sigue atrapada en sus propias contradicciones cuando se trata del Sáhara Occidental. Mientras Francia juega con el colonialismo como arma electoral interna y España oscila entre gestos tácticos y claudicaciones estratégicas, Argelia mantiene firme su apoyo al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. En una entrevista reveladora concedida a El Independiente y recogida por L’Algérie Aujourd’hui, el exembajador de Argelia en España y exministro de Cultura Abdelaziz Rahabi desmonta mitos, expone maniobras ocultas y señala directamente a París como autora intelectual del plan marroquí de autonomía.
Rahabi denunció con claridad que la actual crisis entre Argelia y Francia responde tanto a viejas heridas históricas como a maniobras electorales en París. “La Francia política ha hecho de Argelia un instrumento de su política interna. No conocen a los argelinos”, afirmó. Para el exministro, los ataques contra Argelia en el discurso francés se intensifican antes de las elecciones, alimentando la retórica contra la inmigración y el islam y relegando a un segundo plano un verdadero diálogo bilateral.
En un pasaje revelador, Rahabi levantó el velo sobre un hecho que rara vez se menciona públicamente: el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental de 2006 no fue concebido en Rabat, sino en París. Según el exembajador, “fue la Francia de Jacques Chirac la que elaboró ese plan y trató de venderlo a toda Europa”, movida por la relación personal de Chirac con Hassan II y por lealtad a su hijo Mohamed VI. Rahabi añade que Nicolas Sarkozy continuó esa línea, aunque guiado por intereses personales, con Rachida Dati como rostro visible del lobby pro-marroquí en Francia.
Reencuentro prudente con Madrid
En contraste con la tensión franco-argelina, Rahabi ve una tímida mejora en las relaciones con España, tras tres años de bloqueo provocados por el giro de Pedro Sánchez en marzo de 2022, cuando apoyó públicamente el plan marroquí de autonomía. La medida, tomada sin previo aviso a Argel, desencadenó represalias económicas y diplomáticas. Hoy, algunos gestos —como la recepción del embajador español por el presidente del Senado argelino o el encuentro de Sánchez con el primer ministro de Argelia en Sevilla— indican una reapertura de canales, aunque Rahabi advierte que “es más táctica que real: no se pueden cerrar completamente las relaciones”.
El exministro subrayó la contradicción de la política exterior española: mientras su apoyo a Palestina ha sido celebrado en Argelia como un acto de “inmenso coraje frente a Estados Unidos”, su alineamiento con Marruecos en el Sáhara Occidental mina la confianza bilateral. En este punto, Rahabi recordó que las relaciones más constructivas se vivieron con el Partido Popular bajo José María Aznar, y destacó que el reciente apoyo del PP al Frente Polisario en su congreso fue recibido positivamente en Argel. Sin embargo, lamentó que España haya perdido su papel de mediador en el Magreb, un rol que —afirmó— “nadie puede reemplazar”.
Italia, un socio pragmático
Rahabi contrastó la posición española y francesa con la de Italia, que ha fortalecido su cooperación energética con Argelia sin interferir en el conflicto saharaui. “Su relación con Argelia se basa en un intercambio claro: gas por tecnología”, resumió, elogiando la ausencia de agendas políticas o ideológicas.
Sobre la militarización y la propaganda marroquí
Respecto a la creciente militarización en la frontera argelino-marroquí, Rahabi descartó un conflicto directo: “La guerra no resuelve los problemas”. No obstante, acusó a Marruecos de desplegar una campaña internacional —con apoyo de Emiratos y otros países del Golfo— para presentar a Argelia como aliada de Irán y al Frente Polisario como una supuesta “milicia iraní”, en un nuevo intento de criminalizar la lucha saharaui.
Un mensaje de fondo
El testimonio de Rahabi no solo expone maniobras diplomáticas ocultas y alianzas interesadas, sino que reafirma una verdad clave: el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio pendiente de descolonización y un punto central en la política exterior argelina. Frente a las presiones, las medias verdades y las operaciones de propaganda, su análisis recuerda que la causa saharaui no es negociable y que la historia de este conflicto está marcada por la injerencia de potencias que, como Francia, han actuado en la sombra para perpetuar la ocupación marroquí.
Fuente: L’Algérie Aujourd’hui / El Independiente
Entrevista: Abdelaziz Rahabi