La XIII Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos se celebró en un clima de excepcional opacidad, un hecho que ha suscitado críticas tanto en el ámbito periodístico como político. En su artículo «Ditirambos para un pliego de tres folios», Abdulah Arabi —Representante del Frente POLISARIO en España— describe con precisión ese hermetismo: no hubo presencia de medios, ni ruedas de prensa conjuntas, ni explicaciones sobre el contenido de la cumbre. Tal como señala, “de cuanto allí aconteció solamente quedó constancia mediante una selección premeditada de imágenes y veintitrés páginas […] cargadas de ditirambos”, un rastro documental que más confirma que disipa las sombras sobre lo realmente tratado entre ambos gobiernos.

Arabi contextualiza además esta falta de transparencia dentro de una lógica política bien conocida: la presión constante de Marruecos para condicionar sus relaciones exteriores a la sumisión del interlocutor. Lo expresa citando las palabras del ministro marroquí de Comercio —«una España que se porta bien es un Marruecos que se porta bien»—, una síntesis cruda de la estrategia con la que Rabat premia o castiga a sus socios. Desde esta perspectiva, el autor plantea que la negativa de España a rectificar su giro sobre el Sáhara Occidental no responde a un consenso interno ni a criterios jurídicos, sino a esta relación asimétrica que Marruecos impone y que Madrid ha aceptado como marco.

Finalmente, el texto sitúa este episodio diplomático en una dimensión ética y jurídica más profunda. España continúa siendo, cincuenta años después de los Acuerdos de Madrid, la potencia administradora del Sáhara Occidental, y sin embargo mantiene —según Arabi— una política selectiva que defiende con firmeza los derechos humanos en unos contextos mientras guarda silencio ante las vulneraciones que afectan al pueblo saharaui. Frente a los “ditirambos” y la retórica vacía, el autor recuerda que los derechos del Sáhara Occidental a la autodeterminación e independencia no pueden eclipsarse, y advierte de que la complacencia con Marruecos implica riesgos para España, para Canarias y para la estabilidad regional. Un Sáhara libre e independiente, concluye, es el escenario más seguro y coherente con el derecho internacional.

Ditirambos para un pliego de tres folios – Abdullah Arabi en PÚBLICO

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