Aboubakr Jamaï: «La idea de autonomía marroquí para el Sáhara es ficticia porque estaría bajo un régimen autoritario» | Público

Aboubakr Jamaï: «La idea de autonomía marroquí para el Sáhara es ficticia porque estaría bajo un régimen autoritario» | Público

 

A finales de los 90, la llegada de Mohamed VI al trono marroquí supuso un soplo de esperanza para muchas personas fuera y dentro de ese país. Quedaron atrás los años de plomo de Hassan II y muchos creyeron que el nuevo monarca daría pasos hacia una apertura tímida pero firme hacia la democracia. Se equivocaron. Aboubakr Jamaï, periodista y empresario marroquí, posee una mirada privilegiada para entender ese periodo y analizar el pasado, presente y futuro de Marruecos.

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Parece que en España sabemos poco sobre Marruecos y, sin embargo, España juega un papel importante en la política marroquí. Desde hace tiempo el PSOE defiende las posturas de Marruecos en Bruselas y otros espacios. La influencia es mutua: Marruecos interviene directamente en la realidad española. Un ejemplo es la crisis tras la apertura de la frontera en Ceuta

Es un fenómeno muy interesante. Sucedía con el PSOE y también con el Partido Socialista francés, que ahora es un partido moribundo. Cuando prohíben publicar, cuando arrestan a periodistas, son los que más nos dan la espalda. Como periodista, espero que los demócratas y socialistas de Europa nos apoyen, especialmente los de España y Francia. En un momento determinado, ambos partidos se convirtieron en aliados del régimen. Se confundieron. Creyeron que la alternancia política de 1997 era real. De hecho, el partido que más se benefició de esa alternancia consensuada fue el partido socialista marroquí, el USFP, muy ligado a personas como Pedro Sánchez, aunque el más promarroquí de todos es Felipe González, un campeón en Marruecos incluso en momentos de mayor represión y censura, junto con Zapatero.

La postura del PSOE hacia Marruecos es profundamente decepcionante. Mantiene la idea de que Marruecos es el único país de la región con cierto margen de esperanza. Ellos y un largo número de periodistas caen en una forma de corrupción que nosotros llamamos la diplomacia de la Mamounia, en referencia al lujoso hotel palacio de Marrakech, conocido porque era el favorito de Churchill. A veces bromeo diciendo que podemos desentrañar las élites francesas y españolas echando un vistazo al libro de visitas de La Mamounia.

¿Qué deberían saber los votantes del PSOE sobre su relación con Marruecos?

Un día, Gandhi llegó a Londres y un periodista le preguntó: «¿Qué piensa usted de la civilización occidental?». Gandhi le respondió: «Habría sido una buena idea». El PSOE profesa unos principios que quedan en entredicho cada vez que se manda a periodistas a la cárcel, cada vez que en Marruecos se reprime. El régimen necesita aliados que sean sinceros y le digan las verdades incómodas. Los líderes europeos actuales son incapaces de hacerlo. ¿Recuerdas la carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI? La monarquía marroquí puso a Sánchez en una situación muy incómoda, pero Sánchez tragó y traga sin decir nada. Quizás Sánchez piense que está haciendo lo mejor por los marroquíes, pero se equivoca. Su postura no ayuda a Marruecos y, por tanto, tampoco a España. Por otro lado, estoy seguro de que Sánchez recibe llamadas y presiones de grandes empresarios con inversiones en Marruecos cada vez que hay un problema. Sucede lo mismo en Francia.

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¿Cómo ve la cuestión del Sáhara?

Hassan II entendió que la cuestión del Sáhara era extremadamente importante porque servía para combatir a la oposición, y sigue sirviendo para eso. La herramienta más eficaz del régimen contra la izquierda desde los 70 es el Sáhara. En esa época la izquierda defendía el derecho a la autodeterminación de los saharauis. Ironías de la historia, Hassan II llegó a aceptar el referéndum. El régimen sigue tachando a sus adversarios de traidores, de pertenecer al Polisario. Lo sufre especialmente la prensa. Yo creo que Marruecos tiene legitimidad sobre el Sáhara y que la idea de autonomía es buena, pero los españoles y los franceses se equivocan: la idea de autonomía marroquí para el Sáhara es ficticia porque estaría bajo un régimen autoritario. El propio Sánchez se contradice a sí mismo. Hace poco dijo que Mauritania es «la única democracia» de la región. Si fuera coherente, entendería que el plan de autonomía marroquí no es aceptable ni posible si no hay una dinámica de apertura y democratización en Marruecos.

En la cuestión del Sáhara, muchos ven como clave el reconocimiento de Estados Unidos por orden de Trump. Sin embargo, no es un reconocimiento real. Estados Unidos sigue apoyando el plan de la ONU, la Minurso, que cada año renueva su mandato afirmando que la solución debe ser política y respetuosa con el derecho a la autodeterminación. De nuevo, Sánchez se contradice porque apoyó este plan en la sede de la ONU. Entiendo que su papel no es fácil porque tiene que lidiar con una diplomacia que reacciona con violencia. No voy a decir su nombre, pero el ministro de Asuntos Exteriores de un gran país europeo me dijo que la de Marruecos es «una diplomacia inútilmente agresiva».

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