La tensión en el sector agrícola europeo ha estallado este verano ante la avalancha de productos hortofrutícolas procedentes de Marruecos y del Sáhara Occidental ocupado. Organizaciones de productores franceses y españoles denuncian que estas importaciones masivas suponen una competencia desleal y violan de manera flagrante el derecho internacional, al incluir productos cultivados en un territorio pendiente de descolonización.
El portal Africa Intelligence informa de que “los actores europeos del sector se aliaron entre bastidores durante todo el verano contra la importación de tomates cultivados en el reino jerifiano y en el Sáhara Occidental. Una competencia que consideran desleal” (Africa Intelligence, 2/9/2025). Se trata de un frente común que agrupa tanto a cooperativas agrícolas como a sindicatos del sector, hartos de que la Comisión Europea siga tolerando estas prácticas.
La protesta coincide con un hecho clave: el próximo 4 de octubre entran en vigor las últimas sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que anulan los acuerdos comerciales de la UE con Marruecos en lo que se refiere a los productos procedentes del Sáhara Occidental. Los jueces europeos han sido claros: Marruecos y el Sáhara Occidental son territorios distintos y el pueblo saharaui es el único titular legítimo de sus recursos. Sin embargo, Rabat sigue exportando tomates, cítricos y otros productos desde los territorios ocupados como si fueran propios.
En palabras de Africa Intelligence, al más alto nivel de la temporada estival, “la presencia masiva de tomates procedentes de Marruecos en los estantes de los supermercados franceses y españoles irrita a los agricultores europeos”. Es decir, el problema no es menor ni coyuntural: en los principales mercados europeos, las estanterías están inundadas de tomates marroquíes y saharauis, mientras los productores locales enfrentan pérdidas económicas y abandono institucional.
Las organizaciones agrarias españolas, como la COAG, ya han advertido de posibles acciones legales si la UE no garantiza el respeto a las sentencias judiciales. Reclaman además un sistema claro de etiquetado obligatorio, que distinga de forma transparente los productos procedentes de un territorio ocupado. Este mecanismo es fundamental para evitar que los consumidores europeos compren sin saberlo tomates que provienen de tierras expoliadas al pueblo saharaui.
El trasfondo es evidente: Marruecos utiliza la agricultura del Sáhara Occidental como herramienta de ocupación, favorecida por inversiones extranjeras y el silencio cómplice de Bruselas. Frente a ello, los agricultores europeos se convierten en aliados involuntarios del pueblo saharaui, al denunciar que este expolio no solo viola la legalidad internacional, sino que también destruye el tejido agrícola europeo.
Hoy más que nunca, resulta urgente una alianza entre agricultores europeos y el pueblo saharaui para exigir a las instituciones de la Unión Europea el cumplimiento de las sentencias del TJUE. Defender la legalidad internacional significa proteger tanto los derechos de los pueblos colonizados como la dignidad de los productores europeos. La solidaridad no es solo una cuestión de justicia, sino también de supervivencia.
Origen: Maroc • Mobilisation générale des producteurs de l’UE contre les tomates marocaines