Ali Mohamed.
ECS. Nueva York. | En medio de crecientes demandas para reformar el sistema de las Naciones Unidas, cinco nuevos miembros acceden al Consejo de Seguridad de la ONU como miembros no permanentes para el período 2023-2024. Las cinco naciones que se unieron son: Albania, Brasil, Gabón, Ghana y Emiratos Árabes Unidos, en sustitución de India, Irlanda, Kenia, México y Noruega. De los salientes destacan por su defensa de los derechos del pueblo saharaui Irlanda, Noruega, México y Kenia, éste último, se abstuvo de votar la infame resolución de prórroga de la MINURSO por considerarla »desequilibrada» y completamente desvinculada de la realidad sobre el terreno. La presidencia rotatoria de los quince le toca a Japón, que mantiene una posición ambivalente respecto al conflicto saharaui, mientras financia y otorga apoyo técnico a Marruecos para que construya infraestructura marítima en los territorios saharauis que ocupa, dona a su vez a los refugiados saharauis.
En su momento, el Primer Ministro nipón, Fumio Kishida, afirmó en Septiembre pasado que durante su presidencia rotatoria, Tokio tiene la intención de «tomar medidas para fortalecer el Estado de derecho en la comunidad internacional» escuchando «no sólo a las grandes voces, sino también estando atento a las pequeñas voces».
El pueblo saharaui pierde varios apoyos con esta nueva reordenación, aún así podría haber sido mucho peor, pues los apoyos se reducen a tres naciones que mantienen relaciones con la RASD: Mozambique, Ghana y Ecuador. Un reflejo del apoyo firme que goza el Frente POLISARIO en África y Latinoamérica. Brahim Ghali fue, de hecho, invitado en junio por el presidente mozambiqueño, Felipe Nyusi, a Maputo para participar en las festividades nacionales de su país.
Respecto a Ecuador, las relaciones con la República Saharaui se mantienen estables y con un creciente apoyo institucional. Prueba de ello fue la intervención del Representante Permanente de Ecuador ante la ONU, Cristian Espinosa, ante los trabajos de la Cuarta Comisión de Descolonización, en la que aseveró que la solución debe pasar por la autodeterminación del pueblo saharaui que piden las resoluciones de la ONU “La cuestión del Sáhara Occidental requiere una solución política mutuamente aceptable, de conformidad con la resolución 2602 adoptada en octubre de 2021 por el Consejo de Seguridad”
Respecto a Ghana, ésta se mantuvo neutral durante su primer año de mandato, debido principalmente a que la voz del pueblo africano la llevaba Kenia, que defendió arduamente al pueblo saharaui. Se espera que Akra tome un papel más activo tras la marcha de Kenia.
Suiza es el último de los Estados elegidos en torno a la mesa de los Quince. Las autoridades helvéticas afirman que las Naciones Unidas tienen un papel fundamental en los procesos de descolonización. En este contexto, Suiza apoya los esfuerzos encaminados a llegar a una solución justa y duradera al conflicto del Sáhara Occidental, de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General que estipulan garantizar el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación mediante la organización de un referéndum para determinar el futuro del territorio. Centrándose también en el aspecto humanitario debido a las graves represalias ejercidas por las fuerzas de ocupación marroquíes contra civiles saharauis. Una posición defendida por la ministra suiza de Asuntos Exteriores, Livia Leu, durante sus conversaciones del 22 de noviembre en Berna, con Staffan de Mistura, en la que también deslizó que Ginebra estaría dispuesta a hospedar negociaciones entre el Frente POLISARIO y Marruecos.
Respecto a Marruecos, aún puede contar con el apoyo de Albania, Gabón y Emiratos Árabes Unidos, y en menor medida con Brasil, que está por ver la materialización de su política exterior bajo el nuevo presidente recientemente electo, Lula Da Silva, que apoya la lucha del pueblo saharaui y al Frente POLISARIO.
Origen: Dos aliados de la República Saharaui acceden al Consejo de Seguridad de la ONU