La candidatura de Bouayach desató una ola de protestas internacionales, con cartas, peticiones y declaraciones de condena enviadas al comité de selección tanto por organizaciones saharauis como por defensores de los derechos humanos marroquíes, que denunciaron la nominación como una traición al legado de Mandela.
La oposición estuvo encabezada por víctimas de abusos de los derechos humanos (saharauis, rifeños, periodistas y ex presos políticos) que expresaron su profunda indignación por el hecho de que una figura asociada con el encubrimiento de las constantes violaciones de Marruecos pudiera ser considerada para un prestigioso premio destinado a honrar a los defensores de la dignidad y la libertad.
En una serie de enérgicas declaraciones, el Consejo Nacional Saharaui y la Comisión Saharaui de Derechos Humanos describieron la nominación de Bouayach como “un insulto” a Mandela y la acusaron de legitimar la represión en el Sáhara Occidental y en Marruecos.
Cabe destacar que los activistas marroquíes también expresaron críticas públicas poco comunes, calificando la nominación como una distorsión tanto de la credibilidad de las Naciones Unidas como de los ideales de Mandela.
Amina Bouayach es ampliamente considerada por la crítica como una defensora acérrima y fiel servidora del régimen marroquí, conocida por su inquebrantable alineamiento con las narrativas y políticas estatales. En lugar de exigir responsabilidades a las autoridades, ha desempeñado un papel clave en el encubrimiento del historial de derechos humanos del régimen, negando la existencia de presos políticos, minimizando la tortura sistemática y justificando la represión continua en el Sáhara Occidental.
Su liderazgo en el Consejo Nacional de Derechos Humanos de Marruecos se ha caracterizado, y sigue distinguiéndose, no por una defensa independiente, sino por sus esfuerzos por legitimar las atrocidades del Estado, a pesar del aumento constante de denuncias de abusos contra saharauis, rifeños, periodistas y disidentes pacíficos. Lejos de defender los derechos humanos, Bouayach se ha convertido en un símbolo de su erosión bajo el pretexto de una reforma oficial.
Según fuentes cercanas al proceso de selección, el comité quedó desconcertado por el nivel y la magnitud de la resistencia, especialmente por las objeciones coordinadas provenientes de todo el espectro político y geográfico. Esta presión finalmente provocó la exclusión de Bouayach.
El premio 2025, en cambio, honra a Brenda Reynolds, defensora de los derechos indígenas en Canadá desde hace mucho tiempo, y a Kennedy Odede, líder de base de Kenia, ambos reconocidos por su trabajo que ejemplifica los principios de Nelson Mandela: justicia, empoderamiento comunitario y resistencia a la opresión. (SPS)
L’AFAPREDESA félicite Brenda Reynolds et Kennedy Odede, lauréats du Prix Nelson Mandela 2025. Bravo à la mobilisation mondiale qui a rejeté la candidature d’Amina Bouayach, préservant l’esprit de Nelson Mandela qui a lutté sans relâche pour la liberté des peuples. pic.twitter.com/AiSLHviHvI
— Abdeslam Omar Lahsen (@AbdeslamOmarL) May 29, 2025