Por Lehbib Abdelhay /ECS
ECS. Rabat. | El rey alauita, Mohamed VI, dirigió hoy un discurso a sus súbditos con motivo del 68 Aniversario de la festividad llamada “Revolución del Rey y el pueblo”, adoptando un papel de víctima y mencionando indirectamente la cuestión saharaui al afirmar que existe una amenaza contra la integridad territorial del país magrebí. Destaca la ausencia de Argelia y el mutismo acerca de la histórica y tan vitoreada normalización con Israel, un silencio que detrás esconde mucho ruido.
El monarca no reparó en señalar a España, elogiando las relaciones mutuas, en lo que ha sido interpretado como el fin de las tensiones con Madrid, aunque no mencionó ni se disculpó por la apertura que hizo su policía propiciando el paso de miles de migrantes irregulares a Ceuta, y que siguen trayendo consecuencias a España, tanto en política interna como denuncias de derechos humanos. En el mismo contexto, reconoció estar dispuesto a establecer una nueva “relación histórica” con el país ibérico, aunque no mencionó concretamente el porqué.
Si con España el descongelamiento es una realidad, con Alemania las cosas son bastante distintas, insinuando que se trata de una intromisión a la integridad territorial de Marruecos por su firme posición rechazando la ocupación del Sáhara Occidental.
Posteriormente a zanjar el tema español, en un giro contrario a la posición diplomática hostil mantenida durante meses, Mohamed VI retrocede y adopta un discurso victimista alegando que Marruecos está amenazado por una conspiración y recurrió a la tan ignorada baza del nacionalismo alegando que “No lo quieren (Marruecos) unido y fuerte.” Quizás esa unión de la que habla refleja la supuesta unanimidad de su pueblo en el tema palestino tras normalizar sus relaciones con el estado sionista. No obstante, semanas después del discurso por el aniversario del trono, donde elogió y tendió la mano a su vecino del Mediterráneo, Argelia, ahora, en tono alterado, aseveró que frustrará todos los planes del país argelino.
Destaca también la ausencia de una respuesta a las incesantes peticiones tanto del presidente argelino como de su canciller a la actitud marroquí este último mes, en la que pidió la autodeterminación de la Cabilia argelina y permitió al ministro de exteriores israelí señalar a Argelia como una amenaza en su visita a Casablanca. En el mismo sentido tampoco se pronunció sobre la acusación argelina de que están detrás de los incendios que asolaron al país causando más de 70 víctimas mortales.
Ante un aislamiento sin precedentes en la región, los últimos sucesos parecen haber advertido al rey alauí. Mohamed VI ofreció un corto discurso marcado por la victimización e intentos de acudir a su pueblo tras pasar de el en la formalización de relaciones con el estado sionista, un asunto histórico que no ha merecido unas palabras del soberano, del mismo modo que ha sido silenciado por la prensa de su país, lo que es bastante revelador de la poca aceptación social y brecha entre gobierno-pueblo.
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