Cuando un virus golpea los ficheros electrónicos del SEPE, fruto de la negligencia al alertar de una intrusión cibernética. Cuando un ayuntamiento sufre un ransomware en sus bases de datos. Cuando una de nuestras empresas sufre extorsión cibernética y en lugar de informar de ello cede al chantaje. Y, sobre todo, cuando en el altar de la democracia (el Congreso de los Diputados o el Parlamento Europeo) un representante nota que hay presiones e intentos de comprar voluntades, entonces más que nunca somos responsables de la seguridad nacional.
La honradez y la diligencia de cada español son el punto de partida para nuestra seguridad nacional.
El Qatargate ha destapado lo que era un secreto a voces: el país del golfo Pérsico ha sobornado a diversos eurodiputados. Y la mancha de acusaciones se expande y salpica a la élite de nuestro vecino del sur, Marruecos, tal y como publican diversos medios franceses.
«En España, la presencia del lobby extiende su alargada sombra sobre periodistas y medios de comunicación»
Conviene que hagamos un breve repaso a las actividades de lobby (de cabildeo) que lleva a cabo Marruecos. Y para muestra un botón. Tal y como publicó el analista Jesús Manuel Pérez Triana en The Political Room, el Estado alauí invierte más en lobbies de Washington que España: 12 millones de dólares frente a los dos de nuestro país entre 2016 y 2020.
Pero lo anterior es sólo el aperitivo. En España, la presencia del lobby extiende su alargada sombra sobre periodistas y medios de comunicación, partidos políticos, grandes empresas, bufetes de abogados, sectores académicos y asociaciones culturales.
(…)
Origen: Así opera en España el poderoso lobby de Marruecos