El 4 de octubre de 2025 entrará en vigor la anulación de los acuerdos de libre comercio entre la Unión Europea y Marruecos en lo relativo al Sáhara Occidental. Lejos de asumir la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, Rabat y Bruselas buscan cómo sortearla. La patronal marroquí y grandes intereses agrícolas están al frente de las negociaciones.
A menos de tres meses de la entrada en vigor de la anulación de los acuerdos agrícolas y pesqueros entre Marruecos y la Unión Europea, dictada por el Tribunal de Justicia de la UE en octubre de 2024, Bruselas y Rabat exploran caminos alternativos para mantener los intercambios comerciales. Lo hacen entre bastidores y de espaldas a la legalidad internacional, tal como lo demuestra la implicación directa de la Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM), liderada por Chakib Alj.
El 11 de junio de 2025, la CGEM presentó un informe sobre los impactos del fallo europeo a María Isabel García Catalán, jefa del departamento de fiscalidad y unión aduanera de la Comisión Europea. Días antes, el eurodiputado finlandés Pekka Toveri (PPE) ya había recibido a portavoces de la CGEM. Estas negociaciones, según fuentes, están siendo conducidas por Abir Lemseffer —número dos de la empresa Azura, gigante del tomate marroquí— y Sébastien Gubel, principal lobista de la patronal ante la UE.
Consentimiento presunto para el expolio
Uno de los conceptos clave que se intenta imponer es el del “consentimiento presunto” del pueblo saharaui. El TJUE dejó claro que cualquier acuerdo comercial que afecte al Sáhara Occidental requiere el consentimiento del pueblo saharaui. Sin embargo, se baraja ahora la posibilidad de considerar este consentimiento como implícito si se demuestra que existen supuestos “beneficios concretos” para la población, siempre que el acuerdo no imponga obligaciones.
El Frente Polisario, reconocido por la justicia europea como “interlocutor privilegiado” del pueblo saharaui, podría impugnar esta presunción si demuestra que tales beneficios no existen, algo difícil de acreditar mientras gran parte del pueblo saharaui sigue exiliado en los campamentos de Tinduf, en Argelia.
Mientras tanto, los gigantes agrícolas marroquíes —Azura (familia Tazi), Groupe Delassus (familia Bennani-Smirès) y Les Domaines Agricoles (del holding real Siger)— promueven el concepto de consentimiento implícito como vía para mantener su acceso al mercado europeo. Incluso se contempla un supuesto mecanismo de compensación económica a la población saharaui, incluidos los refugiados, para legitimar los beneficios del expolio.
Etiquetado engañoso y manipulación
La CJUE también sancionó en 2024 el etiquetado engañoso de frutas y hortalizas procedentes del Sáhara Occidental como “producto de Marruecos”. Aunque el etiquetado correcto sería “Sáhara Occidental”, esto resulta inaceptable para la diplomacia marroquí. En respuesta, Rabat y Bruselas estudian dos vías: crear etiquetas regionales que diluyan el origen real (como “Dakhla-Oued Ed-Dahab” o “Provincias del Sur”), o registrar los productos como originarios de Agadir, lugar donde son envasados, aprovechando la escasa trazabilidad agrícola en Marruecos.
La competencia desleal y la resistencia europea
Este entramado de maniobras no ha pasado desapercibido para el sector agrícola europeo. La Confédération Paysanne francesa denunció en 2020 la competencia desleal de las exportaciones marroquíes, en especial de tomates —producto estrella, con 500 millones de euros en valor exportado en 2024—. El Consejo de Estado francés elevó la queja al TJUE, que falló a favor de la anulación del etiquetado fraudulento.
Ahora, incluso dentro del Parlamento Europeo y de la Comisión, se plantean reevaluaciones sobre los precios y la estacionalidad de los productos marroquíes para apaciguar a los agricultores europeos, que coinciden en sus intereses con el Frente Polisario en su lucha jurídica por excluir al Sáhara Occidental de estos acuerdos.
Viejos conocidos y nuevas estrategias
El embajador marroquí ante la UE, Ahmed Réda Chami, nombrado en 2024, refuerza ahora las redes diplomáticas marroquíes desde Bruselas. Con experiencia en renegociaciones pasadas, como las que siguieron a la primera anulación de los acuerdos en 2015, Chami busca asegurar una nueva “victoria” para Rabat. En paralelo, la ministra francesa de Agricultura, Annie Genevard, reafirmaba en abril de 2025 el “compromiso firme” de Francia con su “reforzada asociación agrícola” con Marruecos.
Desde «NO TE OLVIDES DEL SÁHARA OCCIDENTAL», denunciamos:
- Los intentos sistemáticos de la Unión Europea y Marruecos por sortear sentencias judiciales claras que reconocen el estatus diferenciado del Sáhara Occidental.
- La complicidad de empresas, lobbies y gobiernos europeos con el saqueo de los recursos naturales saharauis sin consentimiento legítimo.
- La farsa del «consentimiento presunto» que pretende invisibilizar la voz del pueblo saharaui, especialmente de quienes sobreviven en el exilio.
La legalidad internacional es clara: el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos, y su pueblo debe ser consultado en todo acuerdo que afecte a su territorio. Cualquier intento de eludir esta realidad legal y moral solo refuerza el colonialismo económico y perpetúa el conflicto.
¡Basta de complicidad europea con el expolio marroquí!
ORIGINAL EN lengua francesa: https://www.africaintelligence.fr/afrique-du-nord/2025/07/23/rabat-et-bruxelles-planchent-sur-une-solution-a-la-crise-des-exportations-agricoles%2C110492810-eve
COMENTARIO en DESDE EL ATLÁNTICO, Canal de Telegram de Carlos Ruiz Miguel
Importante artículo de «Africa Intelligence» sobre los intentos de la UE y Marruecos de burlar las sentencias de 4 de octubre de 2024 sobre el Sahara Occidental.
En esa fecha se dictaron TRES sentencias, pero DOS son relevantes:
1- la que anula los acuerdos de libre cambio UE-Marruecos por incluir el Sahara Occidental ocupado sin el consentimiento del pueblo saharaui
2- la que obliga a etiquetar los productos del Sahara Occidental
1- Según el artículo de «Africa Intelligence» parece que la UE y Marruecos no han encontrado aún la forma de burlar la sentencia que anula el acuerdo UE-Marruecos de libre cambio de productos agrícolas y pesqueros que incluye el Sahara Occidental sin consentimiento de su pueblo.
2- El citado artículo también dice que el MAE de Marruecos «Náser» Burita considera «incontemplable» que se vayan a etiquetar los productos del Sahara Occidental como del «Sahara Occidental» y discute con la UE dos «soluciones».
La primera «solución» al «problema» (y para mí la que tiene más probabilidades de ser elegida) es etiquetar como producidos en Agadir (Marruecos) los productos originarios del Sahara Occidental ocupado.
La segunda «solución» sería dar a esos productos un etiquetado correspondiente a las regiones creadas por el ocupante. En el caso de los tomates y melones producidos les pondrían la etiqueta «Dakhla-Oued Ed-Dahab» (Villa Cisneros-Río de Oro) o incluso «provincias del sur».
A mi entender la segunda «solución» sería fácilmente recurrible y supondría, insisto, en mi opinión, una nueva derrota judicial para Marruecos.
https://t.me/Desdelatlantico/35994