Por Héctor Bujari Santorum
Madrid (ECS).- El nacionalismo ha sido una respuesta al colonialismo. Los pueblos colonizados a menudo han desarrollado movimientos nacionalistas como una forma de resistir la dominación extranjera y luchar por la liberación nacional. Ejemplos destacados incluyen el nacionalismo en India contra el dominio británico y en África contra el colonialismo europeo.
Observemos también el texto aparecido en la revista «Le Reveil», dentro de un artículo titulado «Comercio local y colonización»:
«Los colonos son los beneficiarios de una política económica general diseñada de cara al mercado europeo».
El «jardín«, que Borrell definió en la UE, quiere ser mejor que la «jungla«. La base de ese jardín consiste en el saqueo del llamado Sur Global, la «jungla», con la complicidad de las élites vendidas a sus propios intereses, que no son los de su pueblo.
Aquí está el quid de la cuestión: todo español es beneficiario de esa política económica.
Parafraseando a Taher Ali, “Ser colono es una posición política, no genética ni de nacimiento.” Este es el punto de partida básico para cualquier europeo: ser consciente de su situación política.
Debemos asumir que la situación de nuestro país es provocada por la bota del imperialismo; no podemos esperar que el tablero político internacional sea benévolo por tener una causa justa. Debemos asumir esa responsabilidad de lucha y actuar en consecuencia. ¿Por dónde empezar? Es un paso complicado, los primeros acercamientos siempre lo son. El desconocimiento lleva a cometer errores. Partiendo de una fuerte voluntad de conocer y reconocer los errores, cada munadil calibra su acción.
Sin embargo, creo que en nuestra causa debemos ir más allá del activismo. Somos pocos y estamos mal provistos. Debemos formarnos y asumir nuestro papel en la liberación nacional saharaui. Eso pasa por ser conscientes de la historia en profundidad y de la situación actual. Con el debido análisis se pueden hacer críticas acertadas, en privado o en público, y proponer soluciones. Esto es un compromiso. Cada uno debe mirar adentro y ver cuál está siendo su papel. Saber qué puede aportar.
También hay que salir del sillón de la crítica. Hay que hacer críticas, sí, pero deben conjugarse con acciones. No debemos ser comentaristas de la revolución, sino participantes.
En España no hay ningún partido que haya hecho suya la causa saharaui. Ninguno de los partidos ha antepuesto al pueblo saharaui por encima de intereses ajenos. Esto se ve claramente cuando no se respeta al pueblo saharaui y se mantiene la posición del gobierno anterior. Los acuerdos son claros: debemos ser conscientes de cuál ha sido la política española, más allá de la solidaridad.
La fuerza de nuestra causa pasa por la soberanía política, y eso necesariamente requiere independencia económica y reducir la dependencia de las ayudas humanitarias.
Estamos hablando de los siguientes pasos en la construcción de la República Árabe Saharaui Democrática.
Origen: Camino hacia la República Árabe Saharaui Democrática | ECSAHARAUI