“El Polisario ha perdido el entusiasmo de la juventud, ahora es más cauto”
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-¿Es posible que se resucite en Naciones Unidas la fórmula del Plan Baker, enterrado en 2004, que no satisfacía a ninguna de las partes, aunque fue apoyado por el Frente Polisario y que contemplaba dos fases: una autonomía y luego un referéndum para crear un Estado propio?
-En su momento escribí un artículo diciendo que el Plan Baker era la última estación de término, es decir, que no era posible encontrar una fórmula distinta. En 2022 puedo decir que lo que dije en 2005 es acertado y que desde entonces no ha habido una propuesta distinta y realista.
-¿En el caso de que hubiese una presión internacional cree que se podría desatascar la situación del Sáhara Occidental? Da la impresión de que, hasta para Estados Unidos, al menos en la etapa de Trump, Marruecos se ha convertido en un eje de influencia en África…
-En mi opinión, si Estados Unidos fuera cierto que mantiene la posición que se demostró con la declaración de Trump no podría haber votado a favor de la reciente resolución de Naciones Unidas que mencionaba antes. Si Sánchez dijo que la propuesta de Marruecos era la mejor, en la declaración de Trump se dice que la propuesta marroquí es la única. Dejando al margen que Estados Unidos, a diferencia de lo que ocurre con las resoluciones sobre Palestina, no vota en contra de las resoluciones sobre el Sáhara, y mantiene que es un territorio autónomo pendiente de descolonización, y esto significa que no es de soberanía marroquí. Se suma a todo ello que la influencia de Marruecos en el norte de África ha disminuido y que ha aumentado la de Argelia, que es el actor determinante. Además, está la cuestión de la penetración rusa en la zona. Marruecos no puede ser, como se había fantaseado, el puente para entrar en el norte de África. Ya no lo es.
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