Sra. Diputada Rima Hassan,
La Asociación de Solidaridad y por la Autodeterminación del Pueblo Saharaui (ASAARAUI – BRASILIA) ha seguido con atención su intervención respecto a la comparación entre Palestina y el Sáhara Occidental. Al afirmar que no sería pertinente aproximar esos dos dramas, consideramos necesario recordar que, desde la óptica del derecho internacional y de la historia, la cuestión saharaui constituye plenamente una situación colonial, del mismo modo que la cuestión palestina.
Manifestamos también nuestro profundo respeto por todas las luchas que usted conduce contra las desigualdades en Francia —sea en la promoción de la economía social y solidaria, sea en el combate al racismo o en la defensa de los principios de justicia y equidad. Estos compromisos se enlazan con la defensa de los pueblos privados de sus derechos fundamentales en todo el mundo, como es el caso del pueblo saharaui.
1. El estatus jurídico del Sáhara Occidental
El Sáhara Occidental está inscrito desde 1963 en la lista de territorios no autónomos de la ONU, sujetos a un proceso inacabado de descolonización (Resolución 1514 (XV), 1960). Es reconocido internacionalmente como el último territorio no descolonizado de África.
El 16 de octubre de 1975, el Tribunal Internacional de Justicia fue categórico: ni Marruecos ni Mauritania poseen base jurídica alguna para reivindicar soberanía sobre el territorio. El único camino legítimo es la autodeterminación del pueblo saharaui.
2. El Estado Saharaui y el reconocimiento africano
La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), proclamada en 1976, fue admitida como miembro pleno de la Organización de la Unidad Africana en 1982. Con la transformación de la OUA en Unión Africana (UA) en 2001, la RASD se convirtió en Estado miembro fundador.
Marruecos, que había abandonado la OUA en 1984, solo regresó en 2017. La RASD mantiene hasta hoy su asiento como Estado soberano.
3. Una colonización de poblamiento
Al igual que en Palestina, el Sáhara Occidental atraviesa un proceso de colonización demográfica: las autoridades marroquíes organizan la instalación de colonos marroquíes (“Dakhilis”) para modificar la composición demográfica del territorio y hacer imposible un referéndum creíble de autodeterminación. Esto plantea la cuestión fundamental: ¿quién es saharaui y quién no lo es?
4. El argumento de la bay‘ah
Algunos mencionan la bay‘ah (juramento de fidelidad) prestada por ciertas tribus saharauis al sultán de Marruecos para justificar una supuesta fidelidad histórica. Pero ese argumento no tiene más validez que si un partidario del Partido Social Nacional Sirio reivindicara hoy la integración de Palestina, Líbano, Siria, Irak y Cilicia turca en una “Gran Siria”. El derecho de los pueblos a la autodeterminación, ya sean palestinos o saharauis, no puede reducirse a tradiciones de lealtad ni a construcciones ideológicas retroactivas.
5. El papel de Argelia y la retórica marroquí
Usted, como parlamentaria, sugirió que la solución para el Sáhara Occidental dependería sobre todo de la mejora de las relaciones argelino-marroquíes. Sin embargo, adoptar ese discurso equivale a reproducir la retórica oficial marroquí, según la cual la cuestión saharaui sería apenas una “invención” de Argelia. En realidad, Argelia, fiel a su doctrina, se coloca al lado de los pueblos cuyo derecho internacional nunca se aplica: palestinos, saharauis y, en el pasado, los pueblos del África Austral contra el apartheid.
El conflicto argelino-marroquí no se reduce a la cuestión del Sáhara. Expresa visiones de mundo radicalmente diferentes:
- Marruecos: aliado fiel de Occidente desde la Guerra Fría, bastión anticomunista en el pasado, signatario hoy de los Acuerdos de Abraham.
- Argelia: firmemente anclada en el Sur Global y en el Movimiento de Países No Alineados, fue llamada por Amílcar Cabral “La Meca de los revolucionarios”. Un año después de su independencia, acogió en Argel a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ofreciendo refugio y apoyo político y logístico. Formó militarmente al ANC de Nelson Mandela, apoyó a opositores de la dictadura brasileña y a los Black Panthers en Estados Unidos. En el plano internacional, recibió a Yasser Arafat en la ONU en 1974, copatrocinó en 1975 la resolución 3379 que equiparaba el sionismo al racismo, tuvo un papel decisivo en la suspensión de Sudáfrica del apartheid en la ONU en 1974 y acogió en 1988 la proclamación del Estado de Palestina. Más recientemente, en 2023, actuó junto con Sudáfrica para impedir que Israel obtuviera el estatus de observador en la Unión Africana —iniciativa apoyada, incluso, por Marruecos.
Se trata de un país que defiende rigurosamente su independencia económica y geopolítica y que rechaza categóricamente estar en el “patio trasero” de naciones del norte. Estos compromisos históricos muestran que el Sáhara Occidental no es el principal obstáculo en las relaciones entre Argelia y Marruecos, que se inscriben en un contexto mucho más amplio de solidaridad internacional y de lucha contra la opresión.
6. Un colonialismo menos mediático, pero igualmente real
Que la ocupación del Sáhara Occidental reciba menos cobertura mediática que la Palestina no disminuye su carácter colonial, e incluso puede ser más doloroso a los ojos de algunos: son árabes colonizando a otros árabes. Usted conoce mejor que nadie las condiciones inhumanas de decenas de miles de refugiados saharauis, a pocos kilómetros de su patria, viviendo en campamentos precarios y enfrentando el exilio forzado.
Su recorrido personal añade una dimensión profundamente inspiradora a este análisis. Habiendo sido refugiada palestina en Siria, usted sabe lo que significan el exilio, la privación y la incertidumbre. Su resiliencia y éxito son un modelo para todos los refugiados del mundo, incluidos los saharauis, que aspiran a vivir con dignidad y reconstruir sus vidas a pesar de los obstáculos.
Esa resiliencia se refleja en muchas mujeres saharauis que, a pesar de la opresión y el exilio, se comprometen activamente con la causa de su pueblo y con la justicia social. Entre ellas:
- Shaba Seini, secretaria general de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS), reconocida en España por sus acciones de solidaridad;
- Sultana Khaya, figura emblemática de la oposición a la ocupación marroquí;
- Aminatou Haidar, militante y premio alternativo Nobel de la Paz, conocida por sus huelgas de hambre y lucha por la autodeterminación;
- Fatma El-Mehdi, también secretaria general de la UNMS y galardonada con el premio de paz del Instituto Joan B. Kroc.
Estas mujeres demuestran determinación, creatividad y coraje, ofreciendo un ejemplo vivo de resistencia y compromiso político, e inspirando esperanza incluso en situaciones de exilio y represión.
Estar al lado de los oprimidos, en Palestina como en el Sáhara Occidental, significa reconocer su lucha por la dignidad y la autodeterminación y apoyar a quienes, incluso a miles de kilómetros de su patria, continúan esperando y resistiendo.
Conclusión
Comparar Palestina y Sáhara Occidental no significa confundir sus especificidades, sino revelar un denominador común: pueblos privados de autodeterminación. En el Sáhara Occidental hay prisiones arbitrarias, tortura, desapariciones, censura y marginación.
Así como en Palestina, apoyar al pueblo saharaui es reconocer su lucha por justicia, dignidad y libertad. Brasil, fiel a su tradición de solidaridad internacional, no puede permanecer indiferente.
La ASAARUI – Brasilia reafirma su compromiso de hacer oír la voz del pueblo saharaui hasta que su libertad sea plenamente conquistada.
Asociación de Solidaridad y por la Autodeterminación del Pueblo Saharaui (ASAARAUI – BRASILIA)