Estimadas amigas, Estimados amigos,
Con motivo de las próximas Elecciones Generales, las Asociaciones de Amistad y Solidaridad con el pueblo saharaui del Estado español, agrupadas en CEAS-Sahara, queremos haceros llegar nuestra preocupación acerca de la gravedad por la que atraviesa el conflicto del Sahara Occidental. La inmensa mayoría de la sociedad, viene demandando y exigiendo, a los distintos Gobiernos de la Democracia, que ya ha llegado la hora de enmendar todo el daño causado por esta terrible injusticia, después de 44 años del abandono y olvido.
España no solo sigue manteniendo con el Sahara Occidental obligaciones de tipo moral, histórico o político, sino también de carácter jurídico, ya que, según Naciones Unidas, continúa siendo “de iure” la Potencia Administradora de dicho territorio. Ello implica una serie de responsabilidades, según el artículo 73 de la Carta de Naciones Unidas, tanto como garante de su derecho a la autodeterminación, como respecto a la tutela de los Derechos Humanos de su población y la preservación de la soberanía del pueblo saharaui sobre sus Recursos naturales.
No podemos dejar pasar esta oportunidad, somos especialmente sensibles con la causa saharaui que para muchos de nosotros la consideramos como algo propio y cualquier cosa que les ocurra a ellos nos afecta a nosotros también, para exigir al próximo Gobierno de España, como miembro del llamado Grupo de Países Amigos del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sahara Occidental, una posición firme y clara, en defensa del derecho del pueblo saharaui a elegir libremente su futuro, en un proceso de descolonización inacabado, que debe culminar en un referéndum, que garantice el derecho a la independencia del Sahara Occidental.
En el capítulo de Política Exterior y en el de Paz y Solidaridad, del programa electoral de su Partido o Coalición, contemplan el conflicto del Sahara Occidental, como algo que nos preocupa y nos atañe directamente como responsables directos de la actual situación de conflicto, la última colonia de África. Nuestra Democracia, tiene una asignatura pendiente y no podemos hablar de libertad, justicia o democracia real en nuestro País, hasta conseguir poner fin a tantos años de sufrimiento y concluir un proceso de descolonización que dejamos sin cerrar hace más de 43 años.
Desde el movimiento de solidaridad, instamos a su Partido, a nuestros futuros representantes en el Congreso de los Diputados, como en el Senado, a implicarse más, sin ambigüedades, en la defensa de los legítimos derechos del Pueblo saharaui, y que independientemente del Partido que gobierne, después del 10N, se pueda llegar a una Política de Estado justa, que defienda la legalidad internacional, los Derechos Humanos en cualquier lugar del mundo, y así se contribuya a la paz, estabilidad y progreso en el Magreb, que solo será posible con el reconocimiento de los legítimos derechos del pueblo saharaui, y en particular se denuncie, la permanente violación de los Derechos Humanos de la población civil en las zonas ocupadas, donde ciudadanos saharauis reclaman la liberación de los presos políticos y el fin de la represión y el saqueo de sus riquezas naturales.
Es por ello que también pensamos que una solución justa y conforme al Derecho Internacional al conflicto del Sahara, constituye para nuestro País una cuestión de vital interés geoestratégico, en un Magreb unido, próspero y democrático. Lo contrario sería aceptar una política de hechos consumados basada en la ley del más fuerte que sentaría un precedente muy peligroso en las relaciones con el vecino del sur.
La Dignidad del Estado español como Nación y sus obligaciones internacionales con el pueblo saharaui, el único del mundo árabe-musulmán que tiene como lengua oficial el español, no pueden ser utilizadas como moneda de cambio en las relaciones con Marruecos y no es tolerable que este País chantajee continuamente a España para consolidar su ocupación ilegal con asuntos como la lucha contra la inmigración clandestina o la cooperación antiterrorista.
Somos muchos los ciudadanos y ciudadanas que podemos llegar a fijar nuestras posiciones electorales en asuntos muy concretos de nuestra política nacional o internacional, pero con una carga ética y moral de gran calado, y que sumado a las experiencias anteriores, pueden marcar la diferencia entre las distintas opciones en las próximas elecciones, siendo éste, a veces, el único argumento y papel que se nos permite ejercer en estas circunstancias.
Un saludo
CEAS-Sáhara Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara